Los 500.000 trabajadores que en un año se han convertido en víctimas de la crisis económica que sufre España tienen una complicación añadida a la hora de ponerse a buscar trabajo. A la caída del número de vacantes en las empresas se une la persistencia de un gran número de ofertas con unos salarios que no invitan a dejar de cobrar la prestación de desempleo. Al menos el 35% de las ofertas de trabajo de la provincia de Barcelona que especifican el sueldo incluyen una nómina que está por debajo o en el mismo nivel que los 856 euros que cobran de media los desempleados.
Un vistazo a algunos portales de empleo, públicos y privados, muestra el bajo nivel retributivo de un buen número de los puestos de trabajo que quieren cubrir las empresas que crean empleo. De las 6.000 ofertas de Infojobs.net en la provincia de Barcelona que detallan el sueldo, unas 2.000 no superan los 1.000 euros brutos mensuales, y se quedan en 800 o 900 netos.
Las plazas de teleoperadores, una de las profesiones más demandadas, se pagan entre 600 y algo más de 1.000 euros, con predominio de los 900 euros brutos. En el Servei d’Ocupació de Catalunya, una empresa ofrece 700 euros brutos a una cajera por una jornada completa en un centro de Barcelona. El salario propuesto es algo superior (890 euros) para una auxiliar de geriatría en una residencia situada en Castelldefels. Estas remuneraciones contrastan con los 856 euros mensuales de media que cobran los desempleados en Barcelona, la cantidad más elevada de toda España solo igualada por los parados de Navarra.
FALTA DE INCENTIVOS
Con estas ofertas laborales, es imposible que un desempleado cambie la prestación de paro por un sueldo inferior, advierte Joan Coscubiela, secretario general de CCOO de Catalunya, que prevé un escenario tendente al agotamiento de la paga contributiva. "Si la crisis continúa, muchos parados se habrán comido en un año el derecho a la prestación contributiva y sus ingresos caerán en picado".
Ante este panorama, Coscubiela considera urgente reforzar el programa público de la renta mínima de inserción, situada ahora entre 400 y 736 euros, ya que "es previsible que aumente el colectivo de beneficiarios, especialmente familias monoparentales y viudas".
El dirigente sindical alerta al Gobierno de la ineficacia de cualquier medida encaminada a obligar a los parados a aceptar empleos mal pagados. "Sería alimentar un tejido productivo obsoleto –afirma– basado en la competencia con costes laborales bajos". El Ejecutivo francés acaba de aprobar una iniciativa que va en esa dirección al conceder una ayuda de mínima de 450 euros a los parados que acepten empleos con salarios bajos. El objetivo es que trabajar sea más rentable que cobrar la prestación de desempleo.
Para el líder de CCOO, la única solución es que ahora más que nunca José Luis Rodríguez Zapatero cumpla la promesa de subir el salario mínimo interprofesional (SMI) de los 600 euros actuales a 800 en el 2011 y acelerar el camino hacia los 1.000 euros que reclaman las centrales.
CAMBIO DE MENTALIDAD
Con el desempleo muy focalizado en la construcción, se hace más necesario el reciclaje. Para Francesc Castellana, asesor de empleo de la Diputación de Barcelona y exdirector del SOC, la prestación de desempleo sirve en muchos casos para "prolongar la ensoñación de recuperar el empleo perdido". "Es más fácil soñar que reconocer la nueva realidad y el reto que esta supone, tener que cambiar para volver a tener un empleo".
El director general de Infojobs, Juan Antonio Esteban, recomienda a los parados que adopten "la nueva profesión de buscador de empleo y que no se dejen abatir por la pérdida del trabajo, puesto que es solo una nueva etapa". El rastreo activo de oportunidades ha de partir del "realismo" y de un "inventario de lo que hay en el mercado", y tener en cuenta que si el sector propio está en crisis habrá que ampliar las miras y buscar otras áreas de trabajo.
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