El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, aseguró ayer que será "el más feliz del mundo" si finalmente son pocos los extranjeros que se acogen al Plan de Incentivo al Retorno Voluntario recién aprobado por el Gobierno. Según afirmó, será mejor que se acojan menos personas, porque eso significará "que España sigue siendo para ellos un país de presente y de futuro".
Durante si intervención en los Desayunos Informativos de Europa Press, Corbacho se refería así a esta iniciativa que permitirá a los extranjeros en paro capitalizar el subsidio que les corresponda para regresar con un capital a sus países de origen. A esta iniciativa, con vocación de permanencia y "no coyuntural", podrán acogerse 87.000 extranjeros, según la previsión del Ejecutivo. "Si se han acogido pocos yo seré el más feliz del mundo", sentenció.
Por otra parte, el ministro vaticinó que a medio plazo, serán "muchos" los ciudadanos rumanos y búlgaros que decidan retornar a sus países gracias al crecimiento económico que ambos países experimentan tras su ingreso en la Unión Europea y al margen de que España levante o prorrogue la moratoria que actualmente les impide trabajar por cuenta ajena, una decisión que el Gobierno deberá adoptar antes del mes de enero.
"Atendiendo al crecimiento económico que están teniendo estos países (…) es probable que muchos ciudadanos de Bulgaria y Rumanía que vinieron aquí a trabajar en sectores en los que el mercado español tenía una enorme necesidad de personal (…) acaben volviendo a su país, no en virtud de moratoria o no, sino de las buenas posibilidades económicas que tengan", afirmó Corbacho, durante su intervención en los Desayunos Informativos de Europa Press. Los ciudadanos de la UE no pueden acogerse al programa de Retorno Voluntario aprobado por el Gobierno.
Corbacho explicó que, al margen del pronóstico, el Ministerio de Asuntos Exteriores se encuentra realizando "las gestiones oportunas" en el entorno europeo para determinar "cuál es la política que se debe adoptar" sobre la situación laboral de los rumanos en España y la conveniencia o no de levantar la moratoria. "En consecuencia el Gobierno de España aún no ha decidido si levanta la moratoria o la va a mantener", señaló el ministro, tras instar a la sociedad española a "interiorizar" que los rumanos y los búlgaros "son parte de la Unión Europea".
En cuanto a la entrada legal de extranjeros en España, el ministro se refirió a su predicción de que el contingente de contratados se aproximaría a cero a finales de año y a la precisión que después del anuncio hizo la vicepresidenta Primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega sobre la continuidad de la contratación en origen. Sobre este particular, el ministro afirmó que "nunca" se sintió desautorizado y expresó su aprecio y respeto por De la Vega, a quien calificó de "exquisita". "No me sentí desautorizado ni mucho menos porque hizo una cosa que estaba obligada a hacer, ante una expresión que se había prestado a confusión", apostilló el ministro.
LA DEVOLUCIÓN EN GAMBIA
Preguntado por la devolución de 101 inmigrantes gambianos en la frontera del país africano cuando iban a ser expulsados por España la semana pasada, el ministro incidió en que "nada tiene que ver" con las relaciones bilaterales que el Gobierno mantiene con los países de origen de la inmigración, que "están funcionando bien y permitiendo que una parte importante de la inmigración ilegal que llega a nuestro país pueda ser retornada".
En su opinión, lo sucedido en el país subsahariano se debe a que "en la relaciones internacionales siempre puede aparecer en un momento determinado un problema, pero el global es que España está realizando un gran número de devoluciones gracias a los convenios bilaterales y que hay unas buenas relaciones, que tienen sus dificultades". Sobre este asunto, reivindicó la necesidad de una política común en el entorno europeo y destacó el Pacto por la Inmigración y Asilo, un texto acordado en julio por Francia, España y Alemania que será ratificado por los jefes de Estado y de Gobierno de la UE el próximo 15 de octubre. "España apoyará este mes este pacto y lo incluirá en sus políticas", aseguró.
Asimismo, incidió en la importancia de apostar "por unas políticas para que la inmigración sea regular y legal" y advirtió de que si trabajo e inmigración "no se coordinan y se ponen en común, lo primero que se produce es una degradación del mercado de trabajo y una regresión de las conquistas sociales". Por eso incidió en que España debe "crecer en el número de inmigrantes que sean necesarios, pero todos con contrato de trabajo".
Los comentarios están cerrados.