Decenas de trabajadores se han sometido a un peculiar tratamiento para quitar tensiones. Han podido pilotar un coche de carreras en el circuito del Jarama.
Cambiar el traje y la corbata por el mono de competición es lo último para acabar con el estrés de los empleados. Montados en un fórmula 1 triplaza, conducido por un piloto profesional. Pueden llegar a alcanzar los 320 kilómetros por hora.
El coche pasa de cero a 200 kilómetros por hora, en menos de seis segundos. Las frenadas y, sobre todo, las curvas que se pasan a más del doble de velocidad que en un turismo normal cautivan a los que lo prueban.
Una experiencia única que permitirá olvidar el estrés laboral con emociones fuertes. Sentir lo mismo que un piloto de Fórmula 1.
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