Cuarenta y nueve compañeros de viaje, dos días de autobús y uno de descanso. Estas son las primeras 72 horas de un temporero contratado en origen que viene a trabajar en el campo valenciano. Le esperan 20 días de trabajo duro bajo el sol.
La campaña de la vendimia ya ha comenzado. En los últimos años la mano de obra para el campo escaseaba. Los carteles que rezan "busco trabajador para la vendimia, llamar al 6…" ya se pueden ver pegados en las farolas de las ciudades. La particularidad del sector agrícola es que la recolección no puede esperar, sino el trabajo de un año se echa a perder. Ante el desinterés de los españoles para trabajar en el campo, los agricultores buscaron una opción de trabajo seguro: la contratación de trabajadores en origen. La Unió lo hace desde hace cinco años.
Para esta vendimia la organización agraria ha contratado a 1.800 temporeros para toda la Comunitat, de los cuales el 90% (1.620 trabajadores) son contratados en origen. La mayoría de estos trabajadores son de Polonia, Bulgaria, Rumanía.
Las más trabajadoras
En un campo de la Venta del Moro, en Utiel, trabajan cortando uva ocho personas. Uno es el jefe de la cuadrilla y otro el propietario de la parcela. Seis de ellos son polacos que vinieron el viernes pasado desde su país con el contrato de trabajo bajo el brazo. Entre esta media docena sólo se encuentra a un hombre. "Vienen más mujeres y son más trabajadores", asegura el capataz, "sobre todo las polacas". De hecho, el 60% del total de contratados son mujeres.
Una de ellas es Baeta, una joven polaca de 22 años que trabaja en esta parcela. Es la primera vez que viene a trabajar a España, animada por una amiga, que también trabaja en la misma cuadrilla. Estudia Márketing en su país y ha decidido venir a trabajar en sus vacaciones para ganar en 20 días el dinero necesario para vivir allí casi dos meses. Baeta y su amiga encontraron el trabajo en la página web de Dromader, una firma de mediación de empleo.
Marzena también trabaja en la misma cuadrilla. Tiene unos cincuenta años y viene desde hace dos a trabajar en distintas campañas. Comenzó recogiendo peras en Zaragoza y ha seguido viniendo a España en diferentes campañas para poder pagar la carrera de sus dos hijas.
La mayoría de agricultores están contentos con los trabajadores. Algunos de ellos incluso les proporcionan el alojamiento de forma altruista para que ahorren ese gasto. Cada agricultor paga por jornada de trabajo 65 euros por extranjero, ocho de los cuales son para la seguridad social y 12 para gastos de gestión y viajes, con esto, el trabajador percibe 45 euros por ocho horas de trabajo. Un trabajador recibe 945 euros por campaña aproximadamente.
La Unió colabora con la fundación Agricultores Solidarios para desarrollar el proceso de contratación en origen. Estas organizaciones inician las contrataciones con la selección de personal en los países de origen, organizan el viaje, gestionan los papeles, proporcionan alojamiento, distribuyen los grupos de trabajo y les imparten cursos formativos. También proporcionan dos figuras intermediarias clave: trabajadores sociales y traductores que hacen un seguimiento y prestan atención a cada cuadrilla.
La comarca que más uva recolecta es la tierra del vino, Utiel-Requena. Allí están trabajando en las viñas 900 temporeros, siendo 810 contratados directamente en países de Europa del Este o Sudamérica. Más de 260 agricultores han solicitado trabajadores por este medio para recolectar 180 millones de kilos de uva.
Esta comarca dispone de cinco alojamientos colectivos financiados entre La Unió, la Conselleria de Inmigración y los ayuntamientos de Requena y Utiel. Para el 29 de septiembre está prevista la inauguración del quinto alojamiento, de carácter permanente.
Cada año llega un elevado número de trabajadores contratados en origen, pero este año la cifra ha disminuido ligeramente, ya que los españoles vuelven a trabajar en el campo por el aumento de los despidos. En la campaña de 2007 los contratados residentes en la Comunitat, supusieron el 1% del total, este año representan el 10%.
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