Durante los años anteriores a su muerte, en los controles de un tren de pasajeros, la vida del maquinista Robert Sánchez estuvo llena de tragedias personales, un encarcelamiento y preocupaciones por su salud y por la posibilidad de perder su empleo.
Su pareja, infectada por el virus de inmunodeficiencia humana, se suicidó; Sánchez estaba preocupado por su diabetes, y temía a un problema legal que podía poner fin al trabajo que amaba.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, en inglés), indaga los antecedentes de Sánchez, tras determinar que un error humano y no una falla mecánica o de otra índole, fue la causa de la colisión del viernes, entre el tren de pasajeros 111 de la empresa Metrolink y otro de carga de Union Pacific.
En el choque perecieron 25 personas, incluido Sánchez, y otras 135 resultaron lesionadas.
La NTSB examina los expedientes de Sánchez en materia de capacitación, eficiencia y estado de salud, para determinar por qué se pasó una luz roja y no activó los frenos del tren de pasajeros.
"No nos estamos limitando al horario que trabajó ese día", dijo Kitty Higgins, integrante de la NTSB. "Nos remontamos a ver si había algo más, que pudiera ser significativo y que nos diera un panorama más amplio".
Además de averiguar qué hizo Sánchez momentos antes de la colisión –incluyendo si envió mensajes de texto mediante su teléfono celular mientras trabajaba ese día–, los investigadores planean revisar sus antecedentes y qué hizo en los días anteriores al desastre.
Los expertos de la NTSB investigarán los hábitos de sueño, trabajo y alimentación de Sánchez en los últimos tres días de su vida, dijo Ronald Schleede, ex investigador de la NTSB, quien encabezó alguna vez una división especializada en el desempeño humano relacionado con accidentes.
Los amigos de Sánchez lo describen como una persona amigable, reservada y callada, a menos que hablara sobre los dos temas que le apasionaban: Los trenes y los perros.
"Era muy extrovertido cuando una se metía en el ambiente que le gustaba, que era el de los perros", dijo Michelle Paulin, entrenadora profesional de mascotas. Paulin solía llevar a exposiciones los perros de Sánchez.
Pero el maquinista tenía también problemas. Se declaró culpable de un cargo menor de robo en el 2002, por sustraer consolas de juegos de video de una tienda.
"Una de sus mayores preocupaciones era cómo iba a influir esto en su futuro laboral", dijo el abogado defensor Wilson Wong, sobre la declaración de su cliente. "El pensaba: ¿Esto ocasionará que mi carrera termine?"
Meses después, el 14 de febrero del 2003, Daniel Burton, pareja de Sánchez, se ahorcó en el garaje de la casa de ambos en Crestline, una comunidad ubicada unos 128 kilómetros (80 millas) al este de Los Angeles.
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