Entre los manifestantes se encontraba la familia de Dionisio Esteban Ávila, un sindicalista de Uralita que falleció con 70 años en 2006 debido a un cáncer en el peritoneo. Este trabajador estuvo expuesto durante más de 30 años al amianto.
Dionisio está en la memoria de muchos de los afectados, puesto que él consiguió que se reconociera la patología como enfermedad laboral. Se reconoció que las fibras del amianto podían llegar hasta la pleura, provocando insuficiencia respiratoria, entre otras enfermedades.
No obstante, esta denominación no alcanzó a las familias de los trabajadores. La mujer de Dionisio, Saturnina, sufre actualmente una insuficiencia respiratoria por inhalar el amianto que traía su marido impregnado en la ropa de trabajo. Y es que este silicato ha hecho también estragos sobre las mujeres de los empleados de la fábrica, quienes llegaban a almorzar encima de los sacos de amianto.
Junto a otros muchos, Saturnina y sus dos hijas participaron este martes en la concentración organizada por la Asociaciones de Víctimas del Amianto, que agrupa a 160 afectados, entre trabajadores y familiares. La protesta se realizó durante la celebración de la audiencia previa por la demanda interpuesta contra la empresa.
La vista estaba encaminada a fijar la fecha del juicio que se celebrará en la Audiencia Provincial de Madrid, pero fue pospuesta hasta que los abogados entreguen la documentación de los fallecidos que se incluyen en la demanda presentada por 27 trabajadores. El caso está en manos del Juzgado de Primera Instancia número 18.
"Queremos justicia"
"El amianto mata. Uralita lo remata" o "Queremos Justicia" fueron algunas de las proclamas que vociferaron los manifestantes, que portaban pancartas en las que reclamaban Justicia. Los afectados demandaron que la empresa reconozca su autoría en la muerte de sus compañeros.
Durante años, la dirección de Uralita se negó a reconocer que las enfermedades que sufrían sus empleados se debían a la inhalación del amiento. Muchos aseguran que incluso llegaban a ocultar las radiografías realizadas durante los reconocimientos.
Juan Santiago Macías, de 65 años, trabajó durante 35 años en la fábrica. En 1997, un reconocimiento médico le aconsejó evitar cualquier contacto con el amianto. Sin embargo, la empresa omitió la indicación médica, jubilándole cuatro años después. Tras salir de la empresa, se le reconoció que sufría insuficiencia respiratoria por inhalar este mineral cancerígeno.
De los trabajadores incluidos en la demanda de la Asociación Víctimas del Amianto han muerto cuatro, entre ellos Dionisio. La asociación presentó una demanda contra Uralita en julio de 2007 en nombre de 27 empleados que reclaman que se reconozca el daño que les produjo el trabajo en contacto con el amianto de la fábrica.
Otra demanda contra Uralita
El portavoz de la asociación Avida, Juan Carlos Paúl, que lleva los casos de la factoría de Getafe, explicó que están preparando otra demanda contra la empresa con 50 casos más de trabajadores enfermos. Estiman que el número total de afectados por la fábrica de Getafe, y que pertenecen a esta asociación, asciende a 3.000, de los que 125 ya han fallecido.
"Tampoco nos llegan todos los casos y la pena es que hay muchos casos que se están perdiendo porque la enfermedad del amianto se manifiesta entre 25 0 30 años después de haber inhalado la fibra del amianto y, además, hay muchas personas que están falleciendo por cáncer de pulmón y que no saben que se lo ha producido el amianto.", agregó.
La asociación considera que la empresa no adoptó las medidas necesarias para proteger la salud de los trabajadores y sus familias mientras que en el resto de Europa "sí se tomaban medidas para prohibir el uso del amianto" tras haber sido reconocido por la comunidad científica como el detonante de diversos tipos de cáncer y de distintas enfermedades respiratorias.
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