Los trabajadores eventuales son uno de los colectivos que más directamente están sintiendo los efectos de la desaceleración económica. En los últimos meses, numerosas empresas de la industria aragonesa se han visto obligadas a prescindir del empleo temporal debido a la baja producción de sus plantas, que en algunos casos cae hasta niveles de hace más de una década. Como botón de muestra, el número de contratos a través de ETT se ha reducido casi un 8% en lo que va de año a pesar del tirón de la Expo.
La contratación de mano de obra en los meses de verano se ha reducido drásticamente en relación a otros años, al tiempo que la no renovación de los contratos de empleados eventuales se ha convertido en una práctica habitual en los últimos meses.
Esta situación ha conducido al paro a cientos de trabajadores del sector industrial, donde se observa con inquietud que el débil nivel de fabricación pueda repercutir en el empleo fijo. Las plantillas de grandes firmas como General Motors, BSH o Pikolín, entre otras muchas empresas, son conocedoras de esta situación.
Así, la planta de BSH (Balay) en La Cartuja la contratación eventual está a cero por la reducción de la carga de trabajo, e incluso 25 trabajadores fijos han sido trasladado a la otra factoría que la compañía tiene en Montañana, según fuentes sindicales.
En esta última, el número de empleados temporales es mucho menor al de otros años, si bien, el lanzamiento de un nuevo modelo de lavavajillas a principios del próximo año puede relanzar la actividad. En Pikolín, prácticamente no hay eventuales desde principios de año, cuando por estas fechas solía haber unos 200, según los sindicatos. La situación se repite en otros tantos centros de trabajo, como los de la industria auxiliar del automóvil, seriamente afectada por la fuerte caída en las ventas de vehículos.
Además, numerosos trabajadores han notado una merma en sus ingresos porque "las horas extras han dejado de ser una necesidad para muchas empresas", apunta el secretario de Política Industrial de CCOO, Rafael Casas.
El desgaste del empleo temporal es, a su juicio, una muestra de que "nos encontramos en una primera fase" de la crisis, a la que, si no mejora el contexto económico, seguirá una generalización de los expedientes de regulación de empleo, una práctica que por el momento no se da de forma intensiva. "Hacer una predicción de lo que va a ocurrir es difícil, habrá que ver como evoluciona el mercado", apuntó.
MENOS POR ETT
Una dato que ejemplifica este fenómeno es la contratación a través de empresas de trabajo temporal (ETT). En los ocho primeros meses del año ha caído un 7,89% en Aragón, a pesar de que la Expo ha contribuido de forma notable a las cifras de esta modalidad de empleo.
En los ocho primeros meses del año se firmaron en la comunidad 46.966 contratos por ETT, 4.000 menos que el pasado año, según el Inaem. Esta merma se dio especialmente en la provincia de Zaragoza y en el sector industrial. Según Adecco en Aragón, el bajón será aún mayor en los próximos meses, una vez concluida la muestra.
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