El ministro francés de Inmigración, Brice Hortefeux, defendió este miércoles en una reunión interparlamentaria en la Eurocámara que "la inmigración en Europa no es un problema en sí mismo, sino que lo es la ausencia de una política común de inmigración". Por ello, insistió en la "necesidad" de "levantar colectivamente una política de gestión de los flujos migratorios (…), dentro del respeto del derecho individual de cada país".
Hortefeux defendió los pilares en los que se basa la propuesta de pacto por la inmigración y el asilo que defiende la presidencia francesa de la Unión Europea con el respaldo de todos los Estados miembros, incluido España. Así, se preguntó si es "razonable" en una Europa sin fronteras "continuar definiendo cada uno por su lado la política de inmigración, ignorando los contratos de otros".
A juicio de Hortefeux, una de las claves para una política común es la "gestión integrada de las fronteras" exteriores, por lo que instó a los parlamentarios de cada Estado miembro a "presionar" a sus respectivos gobiernos para "reforzar" la Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores (Frontex).
Esta agencia, dijo, es una "idea formidable" para la protección de las fronteras, pero reconoció que en la actualidad los Veintisiete, "especialmente Francia, no han respetado los retos marcados inicialmente".
El ministro galo identificó a Francia, España, Italia, Reino Unido y Alemania como los países principalmente afectados por la inmigración, puesto que "suman el 80% del flujo migratorio", pero consideró que el control de las fronteras externas de la Unión "debe ser mejorado" con la "aportación" de todos "en nombre de la solidaridad" entre los Estados miembros. Estos cinco países "han adoptado medidas convergentes" en materia de inmigración a pesar de que sus gobiernos son de "sensibilidad política totalmente diferente", añadió.
Además, Hortefeux habló también de la necesidad de armonizar las condiciones de asilo en los Veintisiete para corregir el actual sistema que tachó de "incomprensible y, por tanto, injusto". Esta idea fue recogida por el vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Justicia, Libertad y Seguridad, Jacques Barrot, quien en la misma comparecencia manifestó su compromiso para presentar antes de que acabe 2009 "todos los textos necesarios" para poner en marcha una Oficina Europea de Apoyo en materia de asilo.
Barrot destacó que la "presión migratoria" es "cada vez mayor" en el territorio europeo y que en una Europa en la que las fronteras "han dejado paso a un espacio común, ya no es posible dejar que cada Estado gestione por su cuenta la inmigración".
Por ello pidió que "se tomen más medidas desde el ámbito europeo" y consideró "fundamental" para este objetivo que exista un pacto que "manifieste la voluntad común de los Veintisiete".
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