La Sección Sindical de CGT-PV calificó hoy de "absolutamente injustificado e insultante" que la empresa Ford "pretenda hacer pagar a sus trabajadores su improvisación a la hora de planificar los cambios de modelos, tras la desaparición del KA y el Mazda, y en espera de la plena producción de Fiesta a principios de 2009".
CGT-PV se pronuncia de esta manera después de que ayer la dirección de Ford España comunicara a los sindicatos su decisión de "iniciar los trámites para solicitar un expediente de regulación de empleo (ERE) que afectaría a unos 1.200 trabajadores desde el próximo 29 de septiembre hasta el 17 de diciembre", indicaron las mismas fuentes.
Asimismo, Ford "anula su anterior decisión, aprobada por UGT, de eliminar los comedores y establecer un turno especial, de seis días continuados, para ampliar el tiempo de trabajo en media hora diaria y en un día a la semana", según señalaron.
Con la nueva decisión de la empresa, "se suprime el turno de noche, cuyos operarios irán al paro durante casi tres meses, y se mantiene la producción diaria en 1.050 coches del modelo Focus", apuntaron.
CGT-PV calificó el anuncio de la compañía como la "confirmación de una falta de planificación total por parte de Ford, que ha tenido récord de producción, ventas y beneficios en los últimos años", a la vez que señaló que también "se demuestra que el misterioso acuerdo con UGT era una declaración de intenciones, con el único propósito de justificar la exigencia de nuevos sacrificios a la plantilla".
La secretaria general de CGT-Ford, Francisca Cuesta, remarcó que el sindicato "no va a aprobarle un ERE a una de las empresas con más beneficios del sector". "Los trabajadores han estado trabajando a plena producción, sin recibir una mínima parte de las enormes ganancias que generaban, y ahora no se les puede agradecer ese esfuerzo enviándolos al paro", aseveró.
CGT considera que Ford "puede tener ocupada a toda la plantilla, dando cursos de formación y otras tareas a la gente que se quede sin puesto de trabajo por la bajada de producción", una circunstancia que, según remarcó Cuesta, "la falta de previsión de los directivos y la ceguera de los líderes de UGT han ocasionado".
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