Uno de cada cuatro niños en España son pobres, una situación que afecta a la mitad de los inmigrantes menores de 16 años, por lo que al perfil tradicional de la pobreza, los mayores de 65 años, se añaden nuevas caras, la de los menores y la del fenómeno de la inmigración.
Así se desprende del "Informe de exclusión social en España 2008" de la Obra Social de Caixa Catalunya presentado el lunes y en el que, por primera vez, se analiza la pobreza teniendo en cuenta los diferentes ciclos de vida de la población y en el que se revela que las comunidades con una pobreza más severa son Extremadura, Castilla y León y Andalucía.
El estudio concluye que el 19,9 por ciento de la población en España vive en situación de pobreza moderada, es decir, aquella que sufren las familias que cobran por persona 6.347 euros al año, lo que supone el 60% de la media de ingresos del país.
Los niños y los mayores de 65 años son los que más la padecen (24% y 31%, respectivamente).
Sin embargo, en los casos de pobreza alta y severa -las que se dan en hogares que solo disponen de 4.573 euros y 3.219 euros anuales, respectivamente- son los más pequeños los más afectados.
El grado de vinculación de los progenitores al mercado laboral y la propia composición del hogar son los dos factores que más influyen sobre el riesgo de exclusión económica infantil.
De esta forma, un 34 por ciento de los menores que viven en hogares donde sólo trabaja uno de los padres son pobres, tasa que se eleva al 62 por ciento de los niños cuando viven en una familia monoparental y el sustentador no trabaja.
Respecto a los menores de 16 años inmigrantes, la mitad vive en hogares considerados pobres y el riesgo de padecer las formas más graves de pobreza se acusa más entre los extranjeros que entre los españoles.
Así, el riesgo de pobreza alta entre los españoles es del 8,4 por ciento y entre los inmigrantes del 32 por ciento, una brecha que también se constata en el riesgo de pobreza severa, de un 4% en la población menor española a un 28% de los extranjeros.
Para la coordinadora del informe Carme Gómez-Granell, hay 1.700.000 niños en situación de riesgo, un problema "muy grave" que precisa una "solución política urgente" con medidas integrales que incluyan prestaciones sociales, de apoyo educativo y políticas de empleo.
"Nos jugamos el futuro y el presente de muchos niños", ha subrayado Gómez-Grandell quien ha advertido de que tanto el fracaso escolar como los comportamientos delictivos en la población más joven están directamente relacionados con la pobreza.
El informe determina que la pobreza moderada alcanza al 17 por ciento de los hombres y al 21 por ciento de las mujeres nacidas en España, tasas que se sitúan en el 26 por ciento y en el 24 por ciento entre los nacidos fuera de la Unión Europea de los 25.
Por lo que respecta a las otras tipologías, el 6% de los hombres y el 7% de las mujeres españoles sufren pobreza alta, un porcentaje que se duplica en el caso de los extranjeros (12 y 14% respectivamente) y padecen pobreza severa un 3 por ciento de los españoles, tasa que se triplica entre los inmigrantes extracomunitarios.
En opinión de Pau Marí-Klose, director científico de informe, "España no ha aprovechado el ciclo expansivo para proteger a la población más vulnerable", una oportunidad que sí han empleado otros países europeos como Reino Unido, cuyas iniciativas políticas han logrado reducir la tasa de pobreza del 30 por ciento en 1999 al 24 por ciento en 2006.
"España es el único país en el que empeora la capacidad de reducir al pobreza infantil y de las personas mayores en los últimos años", ha indicado Marí-Klose quien ha apuntado que las políticas protectoras se centran en las formas más severas de pobreza, al tiempo que adolecen de déficit importantes entre los menores y en las situaciones de pobreza moderada entre los mayores de 65 años.
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