El sector de la construcción no deja de dar sorpresas. Hasta el punto de que parece dispuesto a desafiar a la mismísima teoría económica. Los últimos datos del Ministerio de Trabajo indican que los salarios que se pagan en la industria del ladrillo -en plena recesión según acaba de ratificar el Instituto Nacional de Estadística (INE)- son los que más crecen. En concreto, un 3,7% hasta el pasado 30 de julio, lo que representa dos décimas más de los que aumentan las nóminas en el conjunto del aparato productivo.
Esa subida no incorpora todavía las cláusulas de revisión salarial que reconoce el Convenio General de
El convenio de la construcción tiene una vigencia de cinco años (2007-2011), y eso explica que el pasado ejercicio -cuando el sector comenzó a entrar en bancarrota- los salarios subieran un 5,6% una vez incorporada la cláusula de revisión salarial, es decir 1,4 puntos porcentuales más que en el resto de sectores. La ‘insensibilidad’ del sector de la construcción al momento económico se manifiesta en el hecho de que los aumentos salariales pactados en las empresas (de forma individual y no colectiva) se sitúan en estos momentos en el 2,8%, casi un punto por debajo de la subida que se registra en la construcción. Hay que tener en cuenta que en este sector el desempleo (en términos de paro registrado) está creciendo a ritmos del 70%, mientras que en la industria lo está haciendo al 15% y en los servicios al 20% (ver gráfico).
La construcción, igualmente, ha destruido 217.300 empleos en los últimos doce meses, hasta situarse en 2,48 millones de ocupados en el segundo trimestre del año, según los datos que aporta la Encuesta de Poblaición Activa, lo que representa un descenso del 7,9% respecto del mismo periodo del año anterior.
Los datos de la negociación colectiva referidos a la construcción son, sin embargo, incoherentes con los que ofrece el INE, que calcula para el primer trimestre de este año un aumento de los costes salariales equivalentes al 4,7%, tres décimas por debajo de la media general. Sin embargo, si se incorporan otros costes no estrictamente vinculados al salario, el resultado muestra que los costes laborales en el ladrillo crecen más que en ningún otro sector, fundamentalmente por el pago de despidos e indemnizaciones por fin de contrato.
En cualquier caso, el coste salarial (lo que realmente se lleva el trabajador a casa) sigue siendo más bajo en la construcción que en el resto de actividades productivas, En concreto, el salario medio (antes de impuestos) se sitúa, según el INE, en 1.439,40 euros mensuales, ligeramente por debajo de los 1.471,85 euros que se pagan en los servicios y a bastante distancia de los 1.686,16 de la industria, cuyos trabajadores siguen siendo los mejor pagados del país.
Los últimos datos sobre la marcha de la negociación colectiva indican que 7,46 millones de trabajadores (incluyendo los convenios con vigencia plurianual) han cerrado ya sus relaciones laborales para este año, frente los 10,7 millones con que se cerró 2007.
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