La Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía (APDH-A) cifró ayer en más de 300 el número de inmigrantes que han perdido la vida a lo largo del año intentando alcanzar la costa española y abogó por el desarrollo de una "gestión legal" de los flujos migratorios frente a la política actual, que tildó de "hiper restrictiva y casi represiva".
El presidente de la APDH-A, Rafael Lara, aseguró a Europa Press que "ni el Frontex ni el SIVE van a detener la llegada de inmigrantes", algo que, según dijo, se demuestra en la cifra de llegados este año a las costas españolas, "algo más baja que el año pasado, aunque no especialmente, y con un nivel muy similar al año 2005".
Según dijo, después de "dos años de aplicación masiva" del Frontex, de la extensión del SIVE a toda la costa andaluza, de los acuerdos de repatriación y para impedir la salida de inmigrantes de los países de origen, entre otras cuestiones, los inmigrantes "siguen llegando de una manera muy importante".
En este sentido, Lara consideró que esta "realidad" demuestra que "toda esa política de la UE y el Gobierno español no provocan más resultado que la búsqueda de rutas más difíciles" o que incluso se vuelvan a retomar rutas antiguas, "como es el caso de Cádiz", explicó.
El presidente de la APDH-A aludió a la muerte de "centenares de inmigrantes en el Canal de Sicilia" intentando llegar a Italia y de las "300 personas" que fallecieron intentando alcanzar este año la costa española, una cifra que calificó de "insoportable desde el punto de vista democrático y de los derechos humanos".
CAMBIO EN LAS POLÍTICAS MIGRATORIAS
Rafael Lara destacó que "alguien debería pensar que no estamos desarrollando una política migratoria adecuada" para abordar el fenómeno migratorio que, según dijo, "cada vez se va a hacer más difícil" debido a que la globalización y la crisis económica "afectan de una forma muy particular a todo el continente africano y, especialmente, al área subsahariana".
En esta línea, hizo hincapié en la necesidad de "reconsiderar" el conjunto de políticas migratorias actuales "con una orientación de restricción y represiva" abogando por un planteamiento orientado a lograr una "gestión legal" de los flujos migratorios, eso sí, de forma paralela a la aplicación de políticas de desarrollo.
"Si, de algún modo, los inmigrantes pudiesen venir legalmente a España se evitaría que muchas de esas criaturas se vieran obligadas a subir a las pateras de la muerte", afirmó, porque se trata de un fenómeno de "mucho calado, que va a durar mucho tiempo y que tiene unas raíces muy profundas".
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