Este síndrome no se trata de ninguna enfermedad, sino sólo de un conjunto de síntomas que no duran más allá de dos semanas. Según el Instituto Superior de Estudios Psicológicos, sus indicios afectan a más de un tercio de la población, incidiendo por igual entre mujeres y hombres, y afectando más, a personas con edades inferiores a los 40-45 años.
Aquellos que lo padecen sienten una "dificultad acusada para adaptarse al trabajo que no debiera superar las dos semanas, porque de ser así, habría que consultar con un especialista", ha explicado Paz de Roda, psicóloga clínica y forense. Por lo normal, los síntomas se diluyen de forma gradual según se va produciendo la adaptación a la rutina cotidiana, sin requerir atención psicológica, ni administración de fármacos.
Irritación, agresividad, tristeza, ansiedad, desmotivación, cansancio, insomnio, trastornos alimenticios o falta de concentración, son las manifestaciones físicas y psíquicas más comunes de un síndrome que ha aparecido en los últimos años.
"Es posible que existiera antes, pero no estaba diagnosticado al no considerarse los problemas psicológicos como algo relevante en sanidad. O quizá el problema no existiese, lo cual podría abrir el debate del efecto sobre la salud del enfoque laboral y vital que se da en Occidente", subraya Roda.
Para la psiquiatra del Hospital Clínico de Madrid, Lola Morón, quizá lo enfermizo sea "el ritmo de vida difícil que llevamos durante el año", por lo que aconseja "no dejar las actividades del ocio sólo para el verano", sino organizar durante el año y los fines de semana planes "interesantes y divertidos". Con ello conseguiremos no pensar continuamente en el periodo vacacional y así esquivar este malestar.
Si ya es tarde para evitarlo, regresar de las vacaciones dos o tres días antes, fraccionar el periodo estival en varias temporadas, no reincorporarse un lunes, no recrearse en el malestar, priorizar las tareas y no tomar decisiones sobre el trabajo el primer mes, son recomendaciones que nos ayudarán a superar con éxito la vuelta al trabajo.
Una cuestión muy mediática
Una encuesta publicada por la empresa de trabajo temporal "Alta gestión" entre sus 43.000 trabajadores revelaba que el 71 por ciento reconocía dificultades de reincorporación tras las vacaciones de verano, incluso un 41 por ciento declaraban sentirse deprimidos en esta época del año. Sin embargo, un 69 por ciento se plantea nuevos retos tras el período vacacional, y un 41 por ciento prefiería la flexibilidad horaria por parte de la empresa como medida para evitar el estrés postvacacional.
En el departamento de salud laboral de CCOO no constan quejas en este sentido. "A nuestro gabinete no ha llegado ningún trabajador con ese problema. Es una cuestión muy mediática, pero yo no conozco ningún caso", ha explicado Javier Torres, adjunto a la secretaría de salud laboral de ese sindicato.
La vuelta de las vacaciones le preocupa más "al que no tiene trabajo, o al que tiene un empleo de mala calidad, o a los que no tienen vacaciones, que cuando llega el verano le rescinden el contrato, les mandan al paro y con un poco de suerte tras el verano les vuelven a coger. Esos son los problemas reales", ha agregado el sindicalista.
Ya lo sabe, deshaga despacio la maleta y vaya haciéndose a la idea de que vuelve nuestro día a día habitual: reunirnos con los amigos del trabajo, tener a los niños en el colegio y planear con ilusión las próximas vacaciones.
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