Los investigadores analizaron el papel de sucesos como la pérdida de un padre o una madre antes de cumplir 20 años en este tipo de cáncer. Para ello, observaron a 255 mujeres entre 25 y 45 años a quienes se había diagnosticado cáncer de mama, y 367 mujeres de la misma edad que no padecían la enfermedad.
En el estudio preguntaron a las mujeres si habían tenido algún acontecimiento grave, como la pérdida de un esposo o un pariente cercano, así como otras experiencias consideradas estresantes, entre las que destacaron enfermedades graves, la pérdida de empleo, o la separación de la pareja. Además, las participantes respondieron a un test para evaluar sus niveles de ansiedad, depresión, felicidad y optimismo.
Los expertos observaron que las mujeres que habían pasado por algún acontecimiento con consecuencias graves en su vida tenían un 62 por ciento más de posibilidades de padecer cáncer. Además, señalaron que las mujeres con un sentimiento general de felicidad y optimismo tenían un 25 por ciento de posibilidades de padecer la enfermedad.
Sin embargo, subrayaron que estos resultados no significan que el optimismo es todo lo que se necesita para prevenir el cáncer de mama, sino comer bien, estar físicamente activo y seguir las recomendaciones.
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