Asturias es la Comunidad Autónoma con la población en edad de trabajar más envejecida. El índice de juventud de la población en edad potencialmente activa, calculado a partir de las últimas cifras oficiales del Padrón, señala que por cada cien personas de 40 a 64 años, sólo hay en la región 89 personas de 16 a 39 años, mientras la media del país se sitúa en 113, lo que pone de manifiesto el alto grado de madurez de la fuerza laboral asturiana. De igual modo, del índice de renovación o reemplazo de la población en edad potencialmente activa se desprende que por cada cien personas que están en teoría cerca de la edad de jubilación, y próximas a abandonar el mercado de trabajo (entre los 55 y los 64 años), sólo hay en Asturias 70 que se estarían incorporando (con 16-24 años), y alrededor de 99 en España, evidenciándose las dificultades para el relevo generacional en nuestro mercado laboral.
Las causas de esta situación hay que buscarlas en las bajas tasas de natalidad que desde hace años arrastra al región (las más bajas del Estado); y en la escasa importancia cuantitativa de los flujos de inmigración que aquí llegan, que en otros territorios más dinámicos en este aspecto están contribuyendo a rejuvenecer la estructura de la población (al estar protagonizados por personas relativamente jóvenes) y a revitalizar las tasas de natalidad.
Además, las perspectivas para los próximos años son, cuanto menos, preocupantes, puesto que si se cumplen los proyecciones elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística, el grado de envejecimiento de la población en edad de trabajar tenderá a agravarse: para 2017 se calcula que el segmento de población más joven se habrá reducido casi a la mitad, mientras que el colectivo mayor de 55 años aumentará un 30%. En consecuencia, difícilmente podrán cubrirse las futuras necesidades del mercado laboral asturiano.
CCOO advierte de que la dinámica demográfica condiciona en buena medida la evolución de la oferta de trabajo. De hecho, en Asturias, el alto grado de envejecimiento de la estructura demográfica se hace notar entre la población en edad de trabajar o potencialmente activa, y esto no sólo contribuye a explicar los bajos niveles de actividad y empleo regionales, sino que además condiciona la evolución futura del mercado laboral, al ser cada vez menor el colectivo de jóvenes que pueden incorporarse al mismo y dificultarse por tanto el reemplazo generacional en este ámbito.
La evolución en el último año de la población mayor de dieciséis años que estima la Encuesta de Población Activa constata el progresivo envejecimiento de la población regional potencialmente activa. En cifras absolutas este colectivo permaneció invariable en 2007 en Asturias (0,0%), mientras que a nivel estatal continúa creciendo (1,8%) gracias al saldo positivo del crecimiento vegetativo (nacimientos menos defunciones) y de los flujos migratorios (inmigraciones menos emigraciones). Su estructura, en cambio, sí se ha visto alterada, ya que el segmento de población más joven, compuesto por quienes tienen entre 16 y 25 años, sufrió en sólo un año una pérdida neta de 4.400 efectivos (-4,5%), mientras que el de edad más avanzada siguió en ascenso, especialmente el compuesto por quienes tienen entre 55 y 64 años (3.400 personas más, un 2,6%), avanzándose por tanto hacia un mayor grado de envejecimiento de la población en edad de trabajar.
Otros datos recogidos en el informe sobre el mercado laboral asturiano en 2007, elaborado por CCOO de Asturias, reflejan el grado de seriedad de este problema. Así, el estudio destaca que el colectivo de parados registrados en el Servicio Público de Empleo que busca su primer empleo es cada vez menos numeroso y, de hecho, el pasado año se redujo en un 15,3% con respecto al ejercicio anterior. Otro dato revelador es el que refleja que en 2007, precisamente por razones demográficas, se recortó la cifra de ocupados jóvenes en 5.000 personas, lo que supone un descenso el 4,8%, mientras aumentaba casi en el mismo porcentaje (4,7%) la creación de empleo entre mayores de 30 años.
Para CCOO “resulta primordial estimular nuestro mercado laboral y una buena y atractiva política de vivienda para fijar en Asturias la población en edad de trabajar”, y llama la atención sobre las consecuencias del altísimo grado de envejecimiento de la población asturiana que “serán dramáticas, sobre los sistemas educativo y sanitario, el mercado laboral y la actividad productiva, los servicios sociales, etc, si no somos capaces de corregirlo con medidas urgentes y de envergadura”.
Considera CCOO que las reducidas tasas de fecundidad asturianas se explican, entre otras razones, por el acceso tardío o inestable al empleo, la carestía de la vivienda, las dificultades para compatibilizar vida laboral y familiar, y la escasez de apoyos a la maternidad, y que para recuperar las tasas de natalidad, por tanto, es preciso impulsar políticas que favorezcan la creación de más empleo y de calidad, el acceso a la vivienda y el cambio de una cultura empresarial, hasta ahora poco favorable a la maternidad y la igualdad en el trabajo. También son necesarias políticas públicas de ayuda a la maternidad porque es inconcebible que Asturias sea de las pocas comunidades autónomas que no ofrece deducciones impositivas a favor de las familias.
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