La mayoría de las infracciones se producen en los meses donde los empresarios necesitan mano de obra para trabajos intensivos, y las irregularidades se concretan, primero, en que los inmigrantes carecen de permiso de trabajo por cuenta ajena y, después, en los trabajadores por cuenta propia, según se apunta desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS), al tiempo que se incide en la campaña de control que la Subdelegación del Gobierno hizo en colaboración con la Guardia Civil y la Policía a finales del año pasado y que ofreció un excelente resultado, al detectarse numerosos extranjeros en situación irregular, sobre todo en hostelería y, en concreto, en clubes de alterne.
En general, en la comunidad de Castilla y León, otras faltas que afectan a las relaciones laborales de los trabajadores son los incumplimientos en la integración laboral de inmigrantes y minusválidos -asunto que acarrea sanciones económicas-, publicidad y ofertas de empleo sexistas o racistas – ‘absténgase extranjeros o mujeres’-, o cuando hay un mal uso del dinero que proviene de subvenciones y ayudas al empleo.
Desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social se afirma que la situación económica influye en las infracciones que los empresarios cometen en los contratos, pero no tanto en la cantidad como en el tipo de faltas. ‘Algo común es que las empresas no rellenan los papeles del paro a los empleados o que no cotizan parte de las vacaciones’, explican desde la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
En la provincia de Palencia había 66.715 en junio, de los que 3.387 eran población extranjera, que en su mayoría procedían de Bulgaria, Rumanía, Marruecos, Colombia, Ecuador y Brasil, colectivos minoritarios que en común agrupan a la mayor parte de la extranjería. A 31 de diciembre del pasado año, había en Palencia 2.983 extranjeros contratados, y un año antes, coincidiendo con el final del 2006, la cifra era de 2.392 extranjeros afiliados a la Seguridad Social.
De los 3.387 extranjeros contratados por empresarios en Palencia a 30 de junio de este año, 1.251 eran comunitarios, y 2.136, de países no pertenecientes a la Unión Europea. 2.343 estaban dados de alta en el régimen general; 276, en el de autónomos; 402, en el régimen agrario; cinco, en el de minería y carbón, y 361, en el de empleo en hogar. La Inspección de Trabajo considera que el empleo en el sector primario y la construcción y el trabajo doméstico son los sectores donde es más necesaria la mano de obra inmigrante.
Precisamente en el trabajo doméstico, una infracción que se da con frecuencia en el contrato de mujeres extranjeras, es lo que desde Cáritas se denomina el ‘ya que’, es decir, contratar a inmigrantes durante cuatro horas al día para que, por ejemplo cuiden a los niños, pero después les dicen ‘ya que estás aquí haz la comida’, ‘ya que estas aquí limpia la casa’…’. La confianza entre empleado y la persona que contrata es muy importante para evitar malentendidos. ‘Los inmigrantes deben saber muy bien cuáles son sus derechos en una relación laboral, pero también cuáles son sus deberes, al igual que las personas que necesitan de sus servicios’, según explican desde Cáritas.
En cuanto a la distribución por género, de los 3.387 extranjeros afiliados a la Seguridad Social con fecha de junio de este año, 2.165 eran hombres y 1.222, mujeres.
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