José Martínez y Manuel Bienvenido, representantes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT), quienes acompañaron a los afectados, coincidieron en señalar a la Junta como ‘principal responsable de esta situación’.
Bienvenido considera que ‘se está haciendo un uso fraudulento del dinero público y el problema es que la administración lo está consintiendo. La responsabilidad moral y política la tiene la Junta por no inspeccionar donde está ahora ese dinero y por no hacer cumplir los plazos legislados para hacer la obra que están recogidos en el pliego de condiciones. Aquí existen mucho intereses ocultos’.
Martínez, además, recuerda que el problema es ‘laboral y social’, puesto que además de trabajadores que no cobran existen ‘vecinos implicados que están esperando su vivienda’.
Los trabajadores tienen previsto reunirse en la obra de la calle Valencia para tomar nuevas medidas de presión, entre ellas no descartan ‘volver a las dependencias de la calle Cristóbal Colón o manifestarse cortando el tráfico de algunas de las concurridas calles de la ciudad’, según anunció a este medio Dionisio Aguilar., otro de los afectados.
Cabe recordar que la construcción de las viviendas de realojo del Matadero en Cortadura, también adjudicadas por la Junta a HDO, han sido igualmente paralizadas por los empleados por el mismo motivo. ‘Hemos dejado de poner ladrillos porque la empresa nos está toreando a los albañiles y a todo el mundo con miserias’, aclara Francisco Olmedo al tiempo que menciona otras dificultades: ‘No tenemos ni material para trabajar y eso repercute en que la mayoría de los baños y las cocinas que están a medio terminar’.
Todos estos factores están causando un retraso considerable de las construcciones que la Junta tiene en la ciudad, según los afectados. ‘A la obra de Cerro del Moro calculo que le falta medio año, mientras que a la del Matadero doce meses’, señala Olmedo.
Actualmente, en ambas construcciones sólo permanecen el encargado y el peón que ‘son personal contratado por la empresa HDO y cobran en su fecha’, aclara Aguilar.
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