Los empresarios hosteleros no encuentran ni cocineros ni camareros que cubran los puestos vacantes que tienen en sus establecimientos. El problema no radica en encontrar gente dispuesta a aceptar el puesto, sino en «que tengan el nivel de oficial, no de peón». La experiencia, o mejor, la falta de ésta, está siendo el principal obstáculo con el que se encuentran los hosteleros a la hora de decidirse por firmar los contratos a los aspirantes.
«En general, hemos detectado que los oficios son los puestos de trabajo que más cuesta cubrir en nuestra provincia», reconoció Rocío Pacheco, coordinadora general del Sepecam (Servicio de Empleo de Castilla-La Mancha).
Es este organismo el que se encarga de elaborar el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura y precisamente «esta semana nos vamos a reunir el Consejo para determinar el Catálogo del último trimestre del año». Un encuentro en el que también participan los agentes sociales y que, independientemente de los posibles cambios que pueda haber, «fundamentalmente se ha intentado en el Catálogo quitar ya las ocupaciones relacionadas con la construcción» porque, aunque «en nuestra provincia los efectos de la crisis se han notado menos», desde el Sepecam lo han hecho para que los trabajadores parados de este sector «puedan acceder a otras ofertas de otros sectores».
Hasta que se elabore la nueva catalogación, la correspondiente a los meses de octubre, noviembre y diciembre, los diez puestos con más dificultades para encontrar candidatos óptimos son deportista profesional, entrenador deportivo, cocinero, camarero, pastor, carpintero, soldador de estructuras metálicas ligeras, mecánico-ajustador de camiones y autobuses, empleado de hogar y guardés.
PROBLEMA CRÓNICO.
De todos ellos, algunos son de difícil cobertura porque no son oficios demasiado comunes e incluso, por contra, cada vez más abandonados, como los de pastor o guardés. Pero hay otros, como todos los relacionados con la hostelería, donde los problemas son otros. «La hostelería sigue con problemas crónicos», destacaba Rocío Pacheco, mencionando, entre ellos, no sólo la necesidad de preparación sino también tener que hacer frente a unos horarios y unas jornadas con las que no todo el mundo está de acuerdo. Pocos descansos, casi no se pueden disfrutar los festivos, madrugones y trasnoches y un salario más bien escaso son condicionantes que llaman la atención a cada vez menos personas.
«Los españoles están cada vez menos dispuestos -admitió Pacheco- a aceptar esas condiciones» y es el motivo principal de que sean ocupaciones en las que cada vez se encuentran más inmigrantes, tengan formación o no la tengan. Los empresarios necesitan mano de obra y contratan a quienes están dispuestos a acatar esas condiciones. Después, unos se preocupan más y otros menos por formar a sus trabajadores.
La causa que ha motivado esta especie de ‘selección laboral’ es que «la situación del empleo en nuestro país, y también en nuestra provincia, ha sido buenísima», resaltaba la coordinadora del Sepecam. «Es que hay que recordar que, en el caso de los hombres, estábamos prácticamente rozando el paro técnico».
Por eso, ahora, el mercado laboral se tiene que ir acoplando poco a poco a los momentos de dificultades por los que se está atravesando. En Albacete «hemos controlado la situación bastante bien» y de ahí que el crecimiento de parados en julio (186) haya sido menor que en otras provincias.
Sin embargo, el problema del desempleo no afecta por igual a todos los sectores de población. El caso de los jóvenes, manifestó la coordinadora del Sepecam, es distinto. «Los jóvenes no tienen el problema del desempleo, sino del empleo de calidad». Es decir, les ofrecen trabajo pero las condiciones son ridículas.
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