Los tres mandatarios participaron ayer en el II Foro de Competitividad de las Américas, en Atlanta (Georgia), en el que se analizaron los retos del continente, entre ellos la inflación, la corrupción, el narcotráfico y la inseguridad ciudadana, y sus logros, como un mayor intercambio comercial y el avance hacia una integración aduanera en Centroamérica.
También pidieron, durante una presentación ante cerca de mil líderes académicos y empresariales y después en una rueda de prensa, que el Congreso de EE.UU. apruebe cuanto antes el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Colombia, estancado en el Legislativo junto a los de Panamá y Corea del Sur.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, que patrocinó el encuentro, se deshizo en elogios por los esfuerzos de Colombia, Guatemala y El Salvador para paliar la pobreza y promover el desarrollo regional.
Gutiérrez se quejó de que la inacción del Congreso sobre el TLC le ha costado a los exportadores estadounidenses unos 1.300 millones de dólares en tarifas arancelarias desde que se suscribió el pacto en noviembre de 2006.
‘Repartir pobreza es muy fácil, lo difícil es crear riqueza nueva’, observó Gutiérrez, quien puso a Chile como ejemplo de que ‘la nueva ideología es el pragmatismo’, ya que ese país, con un Gobierno socialista, ha sellado 52 pactos comerciales.
Por su parte, Uribe defendió los logros de su política de seguridad democrática y los esfuerzos por atraer la inversión extranjera directa en Colombia, un fuerte aliado de EE.UU. en la región.
‘Lo nuestro es muy elemental: nuestra oferta productiva necesita tratados de comercio’, como son los sectores de manufactura y agropecuario, precisó el mandatario, al señalar que en su país los mejores empleos derivan del sector exportador.
Uribe advirtió de que el temor a la inflación, ‘importada’ a la región por el alza en los precios del petróleo y alimentos, podría provocar una parálisis económica, por lo que se deben tomar medidas para evitar su aceleración.
En un discurso claramente dirigido a la oposición demócrata que ha bloqueado la votación del TLC, el presidente colombiano destacó las medidas de su Gobierno para proteger a los trabajadores, y superar la impunidad por la violencia dirigida a líderes sindicalistas.
Enfatizó, de igual manera, la entrada de vigor de dos leyes laborales que, según analistas, ayudarían a destrabar el TLC.
Por otra parte, siguiendo el hilo conductor de Gutiérrez sobre la apertura comercial como antídoto a la pobreza, Uribe criticó a quienes ‘echan un discurso en contra del libre comercio y mantienen acuerdos con EE.UU.’.
También enfatizó en la necesidad de mejorar la capacidad y adiestramiento de la fuerza laboral y que ‘la globalización tiene que ser equitativa, con justicia social, de lo contrario se vuelve confrontación’.
Uribe asimismo, afirmó que el comercio debe adoptarse con pragmatismo, como lo ha hecho China comunista con su modelo de inversión privada.
Mientras, el presidente salvadoreño señaló que ‘la prosperidad no se realiza por decreto’ y que la creación de empleos pasa por la promoción de libertades ‘y no restringiéndolas como las estamos viendo en más de algún lugar’.
En el caso de El Salvador, continuó Saca, el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR), ha llevado beneficios a la pequeña y mediana empresa y a la microempresa, no sólo las grandes multinacionales.
Saca expresó su preocupación por la ‘ambición desmedida de los productores de petróleo’ y por la ‘especulación financiera en los Estados Unidos’ en el sector energético, que a su juicio es devastadora.
Por su parte, el presidente de Guatemala destacó los logros de su Gobierno desde que asumió el poder hace siete meses y reconoció que el reto del país, que afronta 18 asesinatos diarios, es procurar que ese índice no se incremente.
América Latina está en una posición ‘envidiable’ para potenciar su desarrollo, las similitudes entre los países son mayores que sus diferencias y el reto es trabajar juntos para limar asperezas, puntualizó Colom.
Afuera del lugar en donde se celebraba el II Foro de Competitividad de las Américas, varios manifestantes portaban carteles y gritaban consignas contra las políticas de Estados Unidos.
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