Aunque la cantidad fluctúa en función de las necesidades de cada familia, la suma media dedicada al abono de los servicios de una empleada del hogar es de 500 euros. Este dato, que manejan las principales entidades de mujeres de la provincia, trascendió en las I Jornadas de Empleo Precario, celebrado el pasado mes de abril en la Diputado bajo el auspicio de la Asociación de Empleadas de Hogar Opción Luna. El citado importe correspondería a una trabajadora que acuda a una casa durante unas cinco horas al día y a lo largo de toda la semana, excluidos los sábados y los domingos.
Un sondeo entre varias profesionales de los cuidados domésticos arroja una cantidad más elevada, y que puede llegar a los 650 euros al mes. Casos atípicos aparte, está extendido entre las mujeres del sector que la hora de trabajo tiene un coste de entre 9 y 10 euros. Se trata de una tarifa aceptada por ambas partes -por el empleador y por la profesional que acude cada mañana al domicilio-, aunque lo cierto es que no existe una regulación sobre los honorarios. Y de este vacío surgen en ocasiones abusos.
Un informe de la Asociación Opción Luna lo ha puesto ya de manifiesto. ‘Se trata del grupo de profesionales más numeroso de la provincia, pero no cuenta con ningún derecho’, señala Antonia González, la presidenta de la citada entidad. El hecho es que, según los datos que maneja la citada entidad, en Córdoba hay 1.699 mujeres registradas en el Régimen Especial de Empleados del Hogar, pero existen muchas otras -que las superan en número- que trabajan en la economía sumergida. De hecho, la propia Opción Luna calcula que sólo están en regla en la Seguridad Social un 16,7 por ciento.
El sindicato CC.OO. ha realizado una estimación a este fenómeno laboral que no aparece en las estadísticas oficiales y ha concluido que unas 3.500 mujeres se dedican a tareas domésticas fuera de sus casas. ‘Por cada cuatro mujeres que tienen un empleo en nuestra provincia, una tiene cargas familiares y necesita la ayuda de otra persona para poder compatibilizar sus obligaciones laborales con las del hogar y sus hijos’, indican fuentes del sindicato que dirige en Córdoba Rafael Rodríguez.
Pero, ¿cuál es el perfil de las personas que se dedican a cuidar a los hijos de otras familias y a atender sus casas? El estudio de Opción Luna concluye que se trata de mujeres con una edad comprendida entre 35 y 55 años con una cualificación laboral y con un nivel de estudios bajos. El 25 por ciento de este colectivo es de nacionalidad extranjera, tal y como pone de manifiesto el citado documento. Este porcentaje de inmigrantes es muy inferior al que se observa en las capitales más populosas de España, donde el sector roza el monopolio de mujeres foráneas.
Son precisamente las inmigrantes las que se afilian de un modo mayoritario a la Seguridad Social, porque con ello logran regularizar su situación en España. En este sentido, CCOO asegura que ‘al personal cordobés no le suele interesar tener ningún tipo de vinculación oficial con quienes les pagan, porque las prestaciones que reciben son mínimas’. Este sindicato apunta que, durante le periodo de regularización de extranjeros de hace tres años y medio, fue masiva la afiliación de empleadas del hogar a la Seguridad Social.
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