El estrés psicológico y la ansiedad agravan y prolongan los ataques alérgicos estacionales, indicó un estudio presentado el jueves en la reunión anual de American Psychological Association, en Boston.
"Las personas se autoconfigurarían para sufrir problemas másprolongados al sufrir de estrés y ansiedad cuando comienzan losataques de alergia", dijo a Reuters Health por teléfono antes dela presentación la doctora Janice Kiecolt-Glaser, profesora depsicología y psiquiatría de Ohio State University en Columbus.
Para medir cómo el estrés y la ansiedad afectan a losalérgicos, el equipo dirigido por Kiecolt-Glaser reunió a 28hombres y mujeres con rinitis alérgica y alergias estacionalespara participar en ensayos de laboratorio.
En distintos días, los voluntarios fueron sometidos a unasituación de bajo nivel de estrés, como leer revistascómodamente, y a situaciones mucho más estresantes, como dar undiscurso de 10 minutos frente a un grupo de "evaluadores decomportamiento" y resolver problemas matemáticos sin papel nilápiz delante del grupo y luego mirar su propia grabación.
El equipo evaluó los niveles de estrés y ansiedad de losparticipantes y les hizo pruebas cutáneas estándares dehipersensibilidad inmediata antes y después de las situacionesestresantes, y al día siguiente.
El equipo halló que la ansiedad después de una situaciónestresante potenciaba la magnitud de las reacciones alérgicasinducidas por las pruebas cutáneas de hipersensibilidad. Esasreacciones aparecían en el antebrazo como heridas leves o"pápulas".
Las personas a las que el experimento estresaba moderadamentedesarrollaron pápulas un 75 por ciento más grandes después de lasituación estresante que después de una situación de bajo nivelde estrés.
Las personas altamente estresadas tenían pápulas dos vecesmás grandes después de sufrir el estrés que de su respuestacuando no estaban estresadas. Asimismo, esas personas eran cuatroveces más propensas a sufrir esas pápulas alérgicas durante todoel día después de la situación estresante.
Esto, para los autores, sugiere que las personas altamenteestresadas desarrollan una respuesta continua y reforzada a losalergenos. "El estrés parecía afectarlas el día siguiente",explicó Kiecolt-Glaser. Es decir que sufrir estrés agravaría lasalergias al día siguiente.
Según el inmunólogo Ronald Glaser, del estado de Ohio y queparticipó en el estudio, un mayor nivel de ansiedad estuvoasociado con una mayor producción corporal de las hormonas delestrés, las catecolaminas, y de la proteína que produceinflamación, llamada interleuquina-6.
El investigador opinó que el aumento del nivel de esassustancias sería responsable de retrasar las reaccionesalérgicas.
Esas respuestas tardías son "realmente lo malo de lasalergias", dijo Kiecolt-Glaser, porque no suelen ceder con losfármacos antihistamínicos. La autora recomienda tratar de reducirla exposición a situaciones de estrés, si es posible, durante latemporada de alergias.
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