Numerosos trabajadores del mantenimiento de los espectáculos de la Expo denunciaron ayer carencias en materia de seguridad laboral en sus lugares de trabajo y falta de formación en prevención de riesgos.
Varios de estos empleados explicaron a EL PERIÓDICO que algunas de las estructuras que atienden carecen de líneas de vida, que son los cables en los que deben sujetarse los arneses y cinturones de seguridad de los trabajadores que operan a más de dos metros del suelo. También indicaron que algunos de ellos carecen de formación preventiva para trabajar en altura –entre otras aterias–, aunque otros aseguraron que sí disponen de ella. Reclamaron mayor vigilancia para aplicar las exigencias preventivas, como el uso de los equipos de protección individual –resulta habitual ver a trabajadores sin arneses ni casco en la Expo–. Y apuntaron la existencia de infraestructuras en mal estado. "Hay cosas que se pueden hundir fácilmente", indicaron.
Los empleados de los espectáculos celebraron ayer una asamblea en la que trataron el accidente sufrido por Héctor Grande Álvarez, el técnico de sonido que trabajaba para la UTE que se encarga de este servicio y que falleció la tarde anterior al precipitarse desde quince metros de altura desde un techo del Pabellón de Aragón durante los preparativos de una representación de danza.
La Inspección de Trabajo y el Instituto de Seguridad Laboral (ISLA) de la DGA han puesto en marcha sendas investigaciones para esclarecer las circunstancias del accidente.
Grande se precipitó al vacío al ceder el techo sobre el que caminaba cuando iba hacia un altavoz. No llevaba arnés –tampoco el trabajador que le acompañaba– y estaba fuera de las pasarelas metálicas que conducen a los equipos de luz y sonido. Cayó al ceder una placa de 40 por 70 centímetros a la que accedió andando sobre un tablón. "Ahora hay que determinar si se debió a una imprudencia del trabajador o a una mala práctica de la empresa en riesgos", indicó Manuel Pina, secretario de Acción Sindical de CCOO.
El Palacio de Congresos dispone de dos tipos de pasarelas metálicas. Unas disponen de una barandilla metálica de 1,2 metros de altura –mayor que el mínimo legal, de 90 centímetros– y otras llevan dos líneas de vida –la legislación exige una–, y las zonas de cruce cuentan con una pequeña valla para obligar a agarrarse a quien pasa por ellas. "Las medidas de seguridad pasiva están todas", indicó Pina.
En cualquier caso, diversas fuentes señalaron que el sector del montaje de espectáculos no destaca por un excesivo celo en el cumplimiento de las normas de seguridad laboral. Mientras tanto, trabajadores y responsables de Fáctika dejaban traslucir ayer la existencia de cierta tensión en le empresa. Parte de la plantilla consideraba que ayer deberían haberse suspendido los espectáculos de la Expo como muestra de duelo por la muerte de Grande, al tiempo que criticaban que algunos de los empleados que el jueves estaban con el fallecido en el Palacio de Congresos hubieran sido enviados de nuevo ayer a ese mismo edificio.
Por su parte, el consejero de Economía de la DGA, Alberto Larraz, que transmitió ayer sus condolencias a la familia del fallecido, recordó que el acuerdo entre Gobierno, sindicatos y Expoagua sobre seguridad laboral –que incluye inspecciones– se lleva "a rajatabla".
El secretario de UGT, Julián Lóriz, lamentó el siniestro, que pone "un lazo negro" a la etapa preparatoria de la muestra, con un control de la seguridad y la salud laboral "muy positivo". IU exigió medidas urgentes para "incentivar la lucha contra la siniestralidad laboral".
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