En 2008 todavía una persona puede perder su trabajo (o no ser contratada) sólo por el hecho de padecer VIH-Sida. Y no es un "hecho aislado" de algunos pases, sucede en todo el mundo.
Por eso la Organizacin Internacional del Trabajo ha hecho un llamado a los gobiernos para que vigilen el comportamiento de sus empresas privadas, y evitar que incurran en prácticas discriminatorias para quienes padecen la enfermedad.
Thomas Wissin, funcionario del Programas de Cooperación Técnica de la OIT ", aceptó por ejemplo el doble discurso de algunas transnacionales que en sus sedes de países en desarrollo exigen pruebas médicas antes de realizar la contratación.
Para la doctora Sohpia Kisting, especialista en medicina ocupacional y actual directora del programa sobre VIH-Sida y el Mundo del Trabajo en la OIT, tiene una visión más positiva y cree que la postura empresarial está en pleno proceso de cambio.
"Falta mucho por hacer evidentemente, pero sin duda alguna hemos dado pasos gigantescos de dos años a estas fechas. Creo que la conciencia empresarial ha aumentado tangencialmente".
Hace 20 años que el mundo convive con esta epidemia, y actualmente en el mundo hay más de 33 millones de personas infectadas; 30 millones de ellas con edades comprendidas entre los 15 y los 54 años de edad.
Dicho de una manera más directa: más del 80% de quienes hoy están enfermos de VIH-Sida, son la fuerza laboral actual.
Y mientras la epidemia extiende sus garras, la OIT reconoce que sólo 73 países han incluido en sus legislaciones políticas laborales referentes a la discriminación, y son aún menos las que se refieren específicamente al tema de la estigmatización por cuestiones de salud o preferencias sexuales.
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