En declaraciones a Europa Press, Calvo explicó que los problemas en SASA comenzaron hace año y medio. Se trata de una empresa "emblemática" del sector de embutidos situada en Baños de Rió Tobía y que pasa por una situación "crítica" a causa del enfrentamiento surgido entre las dos partes del accionariado.
Los trabajadores, "al corriente de los problemas desde el principio", ven cómo, incluso, se están rechazando pedidos de jamones. La situación ha llegado al extremo, relató Calvo, que los empleados "habitualmente no tienen nada que hacer".
Por ahora, los trabajadores han cobrado sus nóminas, pero desde la empresa se les ha advertido de que esta situación puede cambiar este mismo mes. Por eso, tras las vacaciones de agosto, en septiembre, tienen prevista una asamblea para debatir qué hacer.
Los trabajadores, incluso, no descartan presentar un expediente de regulación de empleo. No obstante, antes de llegar a esta situación, USO insta a la empresa a llegar a un acuerdo para que ésta no llegue a cerrar y se pierdan los 25 empleos.
Desde la USO se han mantenido conversaciones con ambas partes de los accionistas, "con el único objetivo de defender los intereses de los trabajadores que están siendo marionetas en manos de una situación que no parece querer ser
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