El tejido económico vasco y la Universidad tienen frente a sí el reto de retener y formar especialistas en sectores claves. En las últimas semanas distintas voces han dado la voz de alarma sobre la incapacidad de abastecer al mercado de titulados en Medicina, Ingeniería, Ciencia-Tecnología y Magisterio. Nadie quiere oír hablar defuga de cerebros , ya que oficialmente la movilidad geográfica de los recién titulados por motivos de trabajo se sitúa en el 11,1%. Sin embargo, la pérdida demográfica no ayuda nada y la realidad acaba imponiéndose. Y es que, son precisamente los titulados más necesarios, los que rompen la estadística y deciden salir fuera en mayor proporción.
Según el último estudio sobre inserción laboral de los universitarios, elaborado por el Observatorio del Mercado de Trabajo de la Sociedad Pública (Egailan), la movilidad en carreras Técnicas y Experimentales es la más alta (14%), seguida por las de Salud (12%) que desciende 2,3 puntos respecto al año 2001. En el caso de las dos primeras ramas, la fuga se ha incrementado en 5,2 y 2,6 puntos, respectivamente. En el año 2005 se produjo además un pico entre los profesionales sanitarios y casi el 20% de médicos y enfermeras tuvieron que salir fuera de la CAV para dar sus primeros pasos en la profesión.
Con independencia de que se haya trasladado o no el lugar de residencia, el 14% de la población ocupada tiene su centro de trabajo fuera de la CAV: el 3,4% en comunidades autónomas limítrofes, el 8% en otras comunidades y el 2,6% en el extranjero. Los expertos atribuyen esta tendencia al desplazamiento de los centros de decisión de las grandes empresas, fundamentalmente en el sector servicios y financiero, a otros lugares. Madrid y Barcelona continúan siendo los polos de atracción más frecuentes.
Tanto desde la Universidad del País Vasco, como desde el propio Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social del Gobierno Vasco son conscientes de esta situación, así como de la necesidad de articular medidas que eviten la temida falta de especialistas.
Entre las soluciones planteadas por el consejero del ramo, Joseba Azkarraga, se encuentra "fomentar la relación universidad-empresa y la formación ocupacional del colectivo" a través de las prácticas, así como la formación ocupacional post-grado, adaptándola a las previsiones de la estructura productiva de la CAV. El rector de la Universidad del País Vasco insistió también en la importancia de la orientación.
En este sentido, Juan Ignacio Pérez considera que el sistema educativo no es suficientemente bueno en su orientación al alumnado, a pesar de haber impulsado nuevas iniciativas. Así, el rector de la UPV mantiene que "todavía se producen desajustes y una buena parte de ellos de deben a que cuando los estudiantes tienen que tomar la decisión de qué estudiar no cuentan con la necesaria información de todo orden, no sólo de salidas profesionales o empleabilidad, sino incluso del contenido mismo de las carreras. Aquí tenemos un reto muy importante".
el ‘top 10’ de las carreras Y en cuanto a las salidas profesionales, Farmacia, Enfermería, Ingeniería en Organización Industrial y Topografía se han aupado al top 10 de las carreras con mejores perspectivas. Pero en cabeza aún continúan Telecomunicaciones, Arquitectura y Odontología. Todas tienen un alto nivel de inserción y calidad de empleo. En concreto los recién licenciados de estas titulaciones tienen el puesto casi asegurado (98%), una estabilidad por encima de la media (95%) y los sueldos más altos (más de 1.500 euros mensuales).
El otro lado de la moneda son Magisterio, Educación Primaria, las Filologías, Derecho, Ciencias Empresariales, Psicología, Matemáticas y otras con alto componente de investigación como Biología o Físicas.
Resulta curioso que entre las carreras con peor inserción laboral se encuentren Magisterio y Educación Primaria, puesto que la enseñanza es uno de los sectores amenazados con la crisis de personal, debido a que no habrá suficientes profesores para cubrir las bajas que se producirán en la próxima década. Algunas ingenierías técnicas como Mecánica, Química o Informática de Sistemas Navales han empeorado su situación y se sitúan ahora en la mitad de la tabla. Ahí permanecen perennes otras especialidades como Periodismo, Educación Social, Filología Vasca o Traducción.
El tiempo que discurre entre el fin de los estudios y el primer trabajo se ha ampliado en un mes y por término medio se tarda 9,8 meses. Los profesionales de la Salud continúan siendo los que menos tardan en encontrar trabajo (4 meses), seguidos de los de carreras técnicas (7 meses).
Otro de los cambios sustanciales ha sido el de los canales de acceso al trabajo. Según el estudio realizado por Egailan, los tradicionales enchufes están perdiendo fuerza aunque todavía siguen siendo una de las primeras vías de entrada al sanctasantórum del primer trabajo. En concreto, el 16% metió la cabeza de este modo, frente a un 18% que lo hizo mediante currículum. A la hora de encontrar trabajo pegan con fuerza Internet y la Universidad, y disminuye la influencia de anuncios de prensa.
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