Los hombres mexicanos que trabajan de manera "ilegal" en Estados Unidos tienen tres veces más posibilidades de contratar los servicios de una prostituta, cinco veces más posibilidades de practicar el sexo mientras consumen drogas y/o alcohol y trece veces más probabilidades de tener sexo con otros hombres, "conductas que no manifestaban en su país de procedencia y que multiplican el riesgo de infección por VIH", según las conclusiones de un estudio elaborado por el Departamento de investigación sobre el VIH/sida de la Universidad de California, Estados Unidos.
El programa ha investigado a 458 mexicanos antes y después de que abandonaran su país para trabajar en Estados Unidos. En este sentido, los resultados revelaron que los deportados desde EE.UU. que habían consumido drogas tenían hasta cuatro veces más probabilidades de estar infectados por el VIH que los drogodependientes que no habían sido deportados.
Los inmigrantes "se encuentran en un nuevo ambiente en el que se les discrimina y se les obliga a vivir en condiciones muy difíciles, a veces en cajas de cartón cerca de las granjas en la que se les emplea –comentó el director del estudio, George Lemp–. Cuando la gente vive, así es normal que lleven a cabo conductas de riesgo".
Cerca de 11 millones de mexicanos vive en EE.UU. y más de la mitad trabajan como "indocumentados". Mientras, el colectivo hispano representa el 15 por ciento de la población estadounidense y, al mismo tiempo, el 18 por ciento de los diagnósticos de sida. No obstante, "es difícil determinar la tasa de infección entre inmigrantes sin papeles, dado que la mayoría no se hace exámenes médicos por miedo a ser deportados", explicó este experto.
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