La semana laboral a tiempo completo en Francia se sitúa entre 38 y 50 horas de media, según un informe publicado ayer por el Instituto Nacional francés de Estadística y Estudios Económicos (‘INSEE’, por sus siglas en francés).
Esta realidad contradice la medida del último Gobierno socialista galo, que en 2000 fijo la duración de la semana laboral en 35 horas y contra la que está legislando el actual ejecutivo francés.
El informe, titulado ‘Una fotografía del mercado de trabajo en 2007’, resulta de una investigación realizada a través de entrevistas a una muestra de 72.000 personas de 15 años o más. En él, se da cuenta de que la "duración media de la semana de trabajo es de 37,9 horas", es decir, casi tres horas más de las 35 que fijadas por el Gobierno socialista de Lionel Jospin en 2000. Sólo la media de lo trabajado a la semana por los trabajadores a tiempo parcial respetaría todavía esa medida, puesto que trabajaban 23 horas a la semana, según el informe.
Sin embargo, los trabajadores a tiempo completo en la agricultura o que ocupan un puesto de cuadro se encuentran muy por encima de las 35 horas. La semana de trabajo de esos dos colectivos totaliza, respectivamente, 59 y 41 horas.
Los datos presentados hoy por el ‘INSEE’ describen una realidad que acompaña la política económica del actual ejecutivo galo, que busca "acabar" con las 35 horas de trabajo semanales. Tanto es así que la divisa socioeconómica del presidente francés ha sido "trabajar más para ganar más".
Ello explica que, en el año que Sarkozy lleva al frente del Elíseo, se hayan aprobado leyes que sirven para el "desmantelado" de las 35 horas, según los términos de quienes defienden la duración de la semana laboral definida en 2000. Entre esas medidas destaca la ley de 21 de agosto de 2007 que exonera de impuestos las horas extras trabajadas en la empresa.
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