La carga efectiva del impuesto sobre la renta (IRPF) mantiene una tendencia creciente. El tipo efectivo en el 2005 fue –incluido en las declaraciones presentadas en el 2006– del 13,9%. Este gravamen, que compara la cuota resultante de la autoliquidación menos la deducción por maternidad con la renta del contribuyente, registró un avance de medio punto respecto al ejercicio precedente. Estos datos figuran en la Memoria de la Administración Tributaria del 2006, publicada ayer por el Ministerio de Economía y Hacienda.
El informe revela que este tipo de gravamen se superó por primera vez en las declaraciones con niveles de renta por encima de 28.500 euros. En los tres últimos tramos, que son los de ingresos más altos, "el tipo efectivo disminuyó hasta alcanzar el 23,8% para rentas de más de 600.000 euros". Ello se debió al mayor peso relativo que en dichos niveles de renta tenían las plusvalías obtenidas en más de un año que, por entonces, se gravaban al tipo único del 15%.
En la campaña de la renta del 2005, los rendimientos del trabajo coparon el 89,9% del total de liquidaciones presentadas, lo que supuso un incremento de cuatro décimas con respecto al ejercicio precedente.
Las rentas del capital –tanto mobiliario como inmobiliario–, el 7,8% del total, crecieron una décima y las relacionadas con actividades económicas –que implican a autónomos y profesionales–, bajaron de 18,4% en la campaña del 2004, al 17,9% del 2005.
GANANCIAS PATRIMONIALES
En cuanto a las fuentes de renta que se declararon, las del trabajo fueron el 78,6% del total, lo que supuso una reducción de un punto con respecto a la campaña del 2004. Las del capital se mantuvieron en el 5,4% y las actividades económicas bajaron del 8,4% al 7,7%. El punto más destacable en este apartado correspondió a las ganancias patrimoniales o plusvalías. La positiva evolución que por aquellas fechas registraban los mercados bursátiles hizo que este tipo de rentas experimentaran un crecimiento en el conjunto desde el 4,9% del 2004 al 6,6% en el 2005.
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