La fábrica de Delphi en Puerto Real (Cádiz) cumplió ayer un año con sus puertas cerradas a los trabajadores, que siguen en su mayoría en cursos de formación para poder ser recolocados en las empresas que en un futuro se instalarán en el marco de la Bahía gaditana, aunque realmente hace más de un año desde que esos trabajadores salieran por primera vez a la calle para reivindicar sus derechos tras el anuncio de cierre que se produjo en febrero de 2007.
Las puertas de la fábrica siguen cerradas a la espera de que se resuelva el proceso concursal al que se acogió la multinacional, cuyos activos (la mayor parte maquinaria) están a la espera de ser vendidos.
El ex presidente del comité de empresa de Delphi, Antonio Pina, señaló en un comunicado que tras haber pasado más de un año, "aún cuesta asimilarlo".
Asimismo, señaló que "hay buena parte del camino recorrido" de los compromisos adquiridos entre sindicatos y Administración en el acuerdo del 4 de julio, donde además de fijar la cuantía de las indemnizaciones, se estableció lo que más valor tiene para nuestro futuro y el de la Bahía, la cesión de los terrenos para uso industrial, para que regeneren el tejido industrial y facilite las recolocaciones del personal afectado por la deslocalización de Delphi.
Además, manifestó que la expansión de la industria aeronáutica y la asignación de nuevos negocios a Airbus, la llegada de una planta de montaje de vehículos de países emergentes y la confirmación de la asignación de la ayuda económica de Europa a nuestro proceso de recolocación, "son noticias que hacen despejar cualquier tipo de dudas de que existe voluntad de cumplir los compromisos adquiridos con los trabajadores de Delphi y marcan la dirección del camino por el que hay que continuar andando hasta conseguir la meta".
Pina se quejó de que "en este tiempo las mayores zancadillas las hemos sufrido de dentro, la utilización de nuestra inquietud para fines distintos a los objetivos de los trabajadores la seguimos sufriendo dentro de nuestras filas", por lo que pidió que "ni nos engañemos ni dejemos que nos manipulen".
Así, recordó que en las asambleas de trabajadores manifestó que había dos años de paro y que en se tiempo había que esperar a que vinieran a instalarse las nuevas empresas a los terrenos de Delphi para volver a trabajar, aunque si la solución llegaba antes, mejor. Por ello, indicó que si hay que seguir esperando "sólo se está a la mitad del camino".
En este sentido, añadió que "queda tiempo y nuestras ilusiones y esperanza continúan intactas, porque en el camino recorrido hemos conseguido tener elementos de juicio para saber que se trabaja para cumplir con los compromisos dentro de los plazos establecidos".
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