El vicepresidente segundo y ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, reconoció hoy que el crecimiento español seguirá "débil" durante varios trimestres y se situará "alrededor" del 1,6% al cierre del presente ejercicio, aunque, a su parecer, la desaceleración "tocará fondo" en 2009, momento a partir del cual se observará una "gradual recuperación".
Durante su comparecencia en la Comisión de Economía y Hacienda en el Congreso de los Diputados para explicar la actitud del Gobierno frente a la crisis, pidió tranquilidad para afrontar las dificultades actuales, y recordó que los soportes de la economía, que aún son "sólidos", permiten ser "razonablemente optimistas" de cara al futuro sin dejar de reconocer "la gravedad" de la situación.
Según Solbes, España no podía mantenerse al margen de las circunstancias internacionales, la crisis financiera, el incremento y del crudo y las tensiones inflacionistas que, a su parecer, generan un "coste ineludible" para la economía española debido a la elevada dependencia energética. De hecho, adelantó que las tensiones de precios continuarán "algún mes más", lo que permitirá que se produzca algún "incremento adicional" de la inflación en los próximos meses.
El ministro recordó que en menos de tres meses el contexto internacional no sólo no ha mejorado, sino que se ha deteriorado "aún más", puesto que todavía persisten las tensiones en los mercados financieros y el crudo ha seguido incrementándose en los últimos meses, llegando incluso a superar los 145 dólares en las últimas semanas, a pesar del descenso de los últimos días.
Según Solbes, estos factores tienen un "impacto inmediato" sobre la economía española y han sido los principales motivos que han llevado al Ejecutivo a revisar sus previsiones y a adaptar el cuadro macro al deterioro de la actividad. "No nos ha sorprendido que aumente el precio del crudo ni el encarecimiento de la financiación, pero lo que no era previsible es que estos fenómenos fueran tan violentos ni tan persistentes", señaló.
Consideró que la desaceleración de la economía española, inicialmente suave, era "prevista y conveniente" para un gradual reequilibrio del patrón de crecimiento, pero admitió que el "brusco deterioro" de la actividad internacional ha planteado un "reto especialmente exigente" para la política económica.
EL DIAGNÓSTICO MÁS REALISTA POSIBLE.
Para Solbes, el diagnóstico que ofrece el Gobierno sobre la situación económica intenta ser lo "más realista posible" basándose en los últimos datos disponibles, aunque reconoció que las previsiones de la economía española están "muy condicionadas" a la normalización del entorno internacional que, según el vicepresidente económico, deberían permitir que la economía vuelva a crecer en el entorno de su potencial en el año 2010, potencial que no ha disminuido pese a las dificultades.
En este sentido, aseguró que los factores negativos de la actividad económica son, en gran parte, exógenos, mientras que los domésticos (el ajuste de la construcción y la moderación del endeudamiento privado) tienen una dimensión cíclica de corrección de "excesos pasados" y no están relacionados con los elementos de fondo de la economía española.
Según Solbes, la economía española dispone de "muchas fortalezas" para afrontar este periodo que permiten ser "optimistas", puesto que está más capitalizada que nunca gracias al proceso inversor de los últimos años, dispone de una clase empresarial con gran capacidad de gestión, tiene un nivel de flexibilidad superior, ha experimentado un dinamismo demográfico sin precedentes y cuenta con una gran solidez fiscal y con un sistema financiero "robusto, solvente y eficaz".
ADMITE DÉFICIT EN 2008 Y 2009.
A pesar de las fortalezas económicas de España, reconoció el deterioro presupuestario y consideró "probable" que la cuentas del Estado cierren el año con un "ligero déficit" en 2008 y 2009, aunque aseguró que al Gobierno no le preocupa el "deterioro coyuntural" de las cuentas porque es "algo previsto y plenamente compatible" con la estabilidad presupuestaria.
Para superar la coyuntura, el vicepresidente económico pidió un esfuerzo a todos los agentes económicos porque, según indicó, en la medida en que cada uno asuma su responsabilidad se podrá evitar un "deterioro adicional" de la economía. Así, tanto el Gobierno como las Administraciones Públicas, como el sector privado, empresarios y sindicatos tienen que asumir su parte "del coste total" de la actual situación para poder iniciar antes la etapa de recuperación. "Si intentamos posponer nuestra adaptación a la situación internacional, el resultado será un aumento del coste total para la economía española", señaló Solbes.
En cuanto a la actitud del Gobierno para hacer frete a la crisis, aseguró que el Ejecutivo ha reaccionado con "la máxima rapidez" poniendo en marcha numerosas medidas, algunas de ellas orientadas a compensar el impacto negativo sobre el poder adquisitivo de los ciudadanos, como la deducción de 400 euros en el IRPF que ha puesto más dinero en manos de los españoles desde este mismo mes. "Si hubiéramos optado por una reforma fiscal, ésta no hubiera comenzado a tener efectos hasta el próximo año", señaló.
Asimismo, recordó las ayudas al sector privado a través del ICO para pymes, VPO y parque automovilístico, iniciativas que suponen una aportación de financiación por valor de 50.000 millones hasta 2010, así como el plan para la recolocación de los desempleados, la ampliación de la cobertura de algunas prestaciones sociales y el aumento del gasto público centrado en garantizar los gastos de naturaleza social, como el desempleo y la dependencia, siendo "muy austeros" en otras partidas de gasto.
En este sentido, afirmó que es fundamental mantener la "serenidad y la confianza" y pidió a los agentes económicos y sociales que deben ser conscientes de que no existen "medidas milagrosas" y de que los "atajos" siempre resultan "muy costosos a la larga".
REPARTIR EL COSTE ENTRE BENEFICIOS Y SALARIOS.
Por otro lado, destacó la importancia de diálogo social en una época como la actual, y consideró "crucial" alcanzar un acuerdo para repartir "de forma equilibrada" el coste entre márgenes empresariales y crecimiento salarial, variables que, según Solbes, tendrán que adaptarse a una nueva realidad económica "más desfavorable".
"Estoy convencido de la capacidad de empresarios y sindicatos para alcanzar un acuerdo", señaló, tras advertir que si no se alcanza, el resultado sería "muy perjudicial" para la economía española y para los beneficios empresariales y la creación de empleo.
DESCARTA AYUDAR A LAS EMPRESAS CON PROBLEMAS.
De cara al futuro, aseguró que el Gobierno seguirá impulsando el proceso de capitalización de la economía con esfuerzos en la inversión en infraestructuras, mejorando la simplificación normativa con nuevas medidas en los próximos meses, impulsando más reformas en el ámbito laboral y la Seguridad Social para aumentar la flexibilidad del mercado, y manteniendo el esfuerzo reformista en sectores específicos, como el de los transportes, el energético, las telecomunicaciones y los servicios.
En cambio, Solbes destacó también la importancia de saber "lo que no hay que hacer" en una situación como la actual, y rechazó de plano que el Gobierno vaya a ayudar con el dinero de los contribuyentes a las empresas privadas que han tomado decisiones empresariales "poco acertadas". "Son los accionistas los que deben asumir las eventuales pérdidas derivadas de su actividad", señaló.
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