"Pero si la huelga ocurre, también estamos preparados" agregó un optimista Gabrielli en conferencia conjunta con el ministro de Minas y Energía, Edison Lobao. Por su parte la FUP iniciará un nuevo paro con el propósito de que la compañía permita una mayor participación en la seguridad laboral y la distribución de ganancias con los empleados, sin afectar la producción.
"Queremos al menos un 18 por ciento de lo que se paga a los accionistas, mientras ellos proponen un máximo del 12,8 por ciento. Nuestra participación ha estado cayendo en los últimos años pese a los grandes resultados de la compañía", dijo a Reuters, José Genivaldo Silva, uno de los directores de la FUP.
El sindicato había hecho un paro a nivel nacional el jueves y martes de la semana pasada, sin afectar la producción, alertando sobre sus reclamos de participación en los beneficios de la empresa y en apoyo a los trabajadores de la reserva Campos, quienes realizaron una huelga de cinco días, pidiendo que la estatal considere laboral el día que los trabajadores emplean para llegar a tierra desde cuando provienen de las plataformas. La cuenca Campos aporta el 80 por ciento de los 1,8 millones de barriles de crudo por día que produce Brasil.
De no llegar a un acuerdo, la FUP señaló que iniciará una huelga de cinco días a nivel nacional a partir del 5 de agosto. Gabrielli dijo que, si se aprueba la huelga prevista por la FUP, se aplicará también un plan de contingencia, informó la agencia.
"No podemos admitir la pérdida del control de las áreas operacionales, no podemos admitir pérdidas de las condiciones de producción, ni admitir un comportamiento fuera de los padrones aceptados dentro de la compañía", afirmó.
En la primera huelga se disminuyó el bombeo en 136.000 barriles, pero la compañía puso en marcha un plan de contingencia y normalizó rápidamente el bombeo. "Huelga nadie quiere, si dependiera de nosotros, vamos a los últimos esfuerzos para evitarla" aclaró el director de la FUP.
Ante la petición de la FUP, Petrobras sostiene que la participación de sus empleados en las ganancias fue el año pasado compatible con los beneficios y dividendos pagados a los accionistas, publicó Reuters. El más grave antecedente registrado de una huelga del sindicato, ocurrió en 2001, cuando se afectó seriamente la producción y forzó a Brasil a realizar importaciones adicionales de crudo.
Los comentarios están cerrados.