Baleares ha recibido en los últimos años la llegada de un elevado número de inmigrantes, lo que la ha convertido en la Comunidad con la mayor proporción de población extranjera de España (más del 20%). Sin embargo, la crisis ha agudizado los problemas que de por sí tiene este colectivo, ensañándose sobre todo con los indocumentados.
En declaraciones a Europa Press, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes de Baleares, Marlen Perea, explicó que muchos inmigrantes se plantean trasladarse a otras partes de la Península, después del fuerte paron del sector de la construcción. En Baleares hay menos obras en marcha que en otros puntos del país, donde algunos inmigrantes "piensan que ahora es más fácil encontrar un empleo".
En este contexto, Perea explicó que los inmigrantes ‘sin papeles’ son más vulnerables y "lo están pasando mucho peor", sobre todo los subsaharianos. En su caso es "casi impensable" pasar del sector de la construcción a la hostelería, puesto que en este último, sin documentación las trabas para encontrar un empleo son superiores.
Otro colectivo que también está notando los efectos de la crisis son los argentinos, que desembarcaron hace unos años en Baleares y han ocupado puestos de trabajo en la hostelería y restauración principalmente. En su caso, "no quieren trabajar en la construcción, por lo que la situación está empujando a algunos a volver a su país", señaló.
En el caso de los africanos, la numerosa descendencia hace muy compleja la cobertura de todas sus necesidades. En África, tener hijos es una "estrategia de supervivencia", pero cuando las familias llegan a Europa, "se dan cuenta de que los niños no pueden trabajar, y que, en lugar de eso, hay que educarles. Ello supone un gasto muy importante", explicó Perea.
Por último, precisó que los inmigrantes que han perdido su trabajo y no pueden disfrutar del subsidio de paro son los que van a tener que afrontar una situación más crítica.
"Estas personas estarán más desprotegidas porque la crisis siempre se ceba con los últimos del escalafón". Por ello, consideró muy importante que, ahora más que nunca, la Inspección de Trabajo controle que las empresas no empleen a gente sin papeles, para ahorrarse los costes de la seguridad social, toda vez que deberían aumentar las ayudas de la administración para los más débiles.
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