La mesa negociadora del plan de viabilidad de Spanair, que debía constituirse ayer, no pudo formarse debido a la negativa de los sindicatos a avalar de forma inmediata la regulación de empleo y la movilidad geográfica previstas por la dirección.
Se esperaba que se presentara el plan de viabilidad en su conjunto para ser analizado en profundidad pero según indicaron los representantes sindicales, no ha habido tal presentación, lo que añadido a las pretensiones citadas, ha tirado por la borda la primera jornada negociadora, que se prometía ardua.
La UGT rechazó "las pretensiones de la empresa de que mostráramos nuestra postura porque de momento no estamos dispuestos a una regulación de empleo", dijo el secretario del sindicato Guillem Villalonga. "Queremos saber cuánto le costará a la empresa este plan. Iremos donde haga falta para salvarla, por lo que estamos dispuestos a escuchar y también CCOO, pero queremos dejar claro que no vamos a consentir que sean los trabajadores los que paguen el coste del plan".
La empresa insiste y ha declarado que hará una nueva convocatoria para la próxima semana, pero "no estamos dispuestos a soportar encerronas" dijo el representante del Sepla Javier Navas, quien indicó que "todo es negociable pero no con estos gestores", ya que en su opinión, son los que han llevado a la compañía a la actual situación de crisis. El Sepla quiere transparencia en las negociaciones y si aprecian engaños por parte de la dirección, están dispuestos a dar "la respuesta adecuada". Desde el sindicato de técnicos de mantenimiento Asetma, se mantiene la misma postura que el Sepla.
Largas negociaciones
"Las negociaciones van a ser muy largas", dijo el presidente del comité de empresa Jordi Mauri, de CCOO, aunque reconoció que "vamos a intentar negociar con nuestra mejor intención, una vez que conozcamos el plan de viabilidad".
También manifestó su oposición a la aplicación de un expediente de regulación de empleo sin tener sobre la mesa el plan de futuro de la compañía.
Los representantes de los trabajadores han solicitado a la dirección de Spanair saber cuál es la deuda real que tiene la compañía. "Las pérdidas que llevamos acumuladas a junio de este año sabemos que son 50 millones de euros", han indicado.
La dirección quiere recortar unos 1.100 empleos de la empresa, de los que unos 120 serían pilotos, 220 tripulantes de cabina, 180 trabajadores del handling, 120 técnicos de mantenimiento, 270 trabajadores de oficinas y 150 de operaciones venta al público.
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