Los 150.000 médicos que trabajan en Reino Unido deberán someter su competencia laboral a una auditoría anual que conllevará la retirada del permiso para ejercer de aquellos que no alcancen los estándares requeridos, a partir de la adopción de un sistema de gestión de los recursos humanos inédito en el mundo que el Consejo Médico General (GMC, en su siglas en inglés) ha calificado como la mayor revolución de la profesión en 150 años.
El Gobierno dio hoy a conocer el paquete de medidas con el que pretende mejorar la oferta de servicios mediante la exigencia del mantenimiento de los patrones de calidad y una formación continua que implicará, además, una renovación de la licencia cada cinco años tanto para el sector público como para el privado y pruebas específicas bajo las que los profesionales deberán probar el dominio de su especialidad.
El sistema, diseñado bajo la dirección del jefe de la división de medicina del Ejecutivo, Liam Donaldson, entrará en los próximos 18 meses en su fase piloto y recoge la apuesta por la baja de aquellos que reiteradamente presenten un pobre rendimiento, variable que se evaluará mediante unas pruebas que revisarán desde la prescripción hasta la adecuada revisión de los pacientes e, incluso, problemas personales como el abuso de drogas y alcohol.
Para ello, el informe Donaldson recoge que serán los médicos con responsabilidades orgánicas, generalmente los gerentes, quienes se encarguen de evaluaciones que tienen como objetivo fundamental asegurar que los pacientes no sufren ningún riesgo, por lo que éstos, a su vez, también serán interrogados acerca de detalles en ámbitos tan diversos como las propias capacidades comunicativas del doctor, incluyendo sus facilidades de explicarse y escuchar.
IMPLICACIÓN DEL PACIENTE
De esta forma, uno de los elementos que pasarán a contar con un importante peso será el grado bajo el que los pacientes se encuentran implicados en las decisiones adoptadas y si se consideran tratados con dignidad y respeto. Asimismo, la nueva regulación tasará si los profesionales continúan respetando los estándares de la práctica clínica segura de modo que, de detectarse problemas, los responsables de la supervisión deberán elaborar un plan de reacción que incluye la revocación del permiso para ejercer.
Así, el documento, que lleva por título ‘Revalidación médica: principio y pasos siguientes’, deja claro que aquellos "incapaces de remediar carencias significativas en los niveles de las práctica" profesional corren el riesgo de que ser apartados del registro de médicos, una apuesta que, según los críticos, podría conducir a los galenos a dedicar menos tiempo a los pacientes y centrarse en promover una "medicina preventiva".
No obstante, diversos colectivos de prestigio en el Reino Unido han venido reclamado la revisión y ratificación de licencias médicas en los últimos años y algunos como el propio GMC, integrante de grupo de trabajo que elaboró el informe para el nuevo modelo, lo ha mantenido como una demanda fundamental durante una década.
CAMBIOS
En este sentido, actualmente los trabajadores de la sanidad en Gran Bretaña no tienen que pasar por ningún proceso formal para evaluar su competencia, sus conocimientos clínicos o el rendimiento desde que comienza su carrera hasta su jubilación, frente a otros sectores con importante influencia en la seguridad de las personas, como los pilotos aéreos que, en contraposición, se someten a revisiones de esta naturaleza unas 100 veces a lo largo de su trayectoria profesional.
No obstante, los propios promotores advirtieron de que la finalidad no es "coger a otro Harold Shipman", médico trágicamente reconocido en Reino Unido por su autoría en la muerte de al menos 215 personas a las que dispensó inyecciones letales de morfina entre 1975 y 1998 y que, adicto a determinados analgésicos, fue encarcelado por prescribirlos para uso personal, además de adquirir de forma irregular las sustancias que empleada para asesinar.
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