Pasajeros hacinados en los pasillos, vuelos suspendidos y vacaciones arruinadas. Las imágenes no son nuevas. Y podrían repetirse este verano. Los pilotos, agrupados en el Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (Sepla), estudian la convocatoria de una huelga para el mes de agosto en protesta por la nueva norma que regula el tiempo de trabajo de las tripulaciones y que, según el sindicato, reduce los niveles de seguridad en los vuelos. La particularidad esta vez sería que hay acuerdo entre los pilotos de todas las aerolíneas para sumarse al paro, unanimidad que no se producía en una década, según fuentes del propio Sepla.
No es la primera vez que los pilotos utilizan estos anuncios para presionar en las negociaciones que mantienen con Fomento –hoy tiene lugar un nuevo encuentro para aproximar posturas-, pero tampoco sería la primera vez que cumplen sus advertencias. El hecho seguro es que la Junta Rectora del Sepla aprobó ayer aplicar en breve movilizaciones y medidas sindicales si no se tienen en cuenta sus peticiones, que pasan por reducir las horas de vuelo seguidas que puede efectuar un piloto, así como los tiempos que puede permanecer de guardia.
Y es que, según el Sepla, la Dirección General de Aviación Civil se habría puesto del lado de las aerolíneas al asumir desde el pasado 16 de julio una de las interpretaciones más permisivas de Europa del nuevo reglamento comunitario. Se trata de cuestiones que afectan al descanso de los pilotos o al descanso parcial en vuelo para extender la actividad con tripulación reforzada.
El sindicato de pilotos se fija en el modelo británico, un sistema que está dispuesto a asumir. En él las horas de vuelo seguidas y las horas de guardia están limitadas a 12. En España se permitiría una guardia de 24 horas y 21,5 horas de actividad continuada. “Con la normativa propuesta por el Ministerio de Fomento, un piloto podría volar a China y volver en 24 horas, con un descanso en el avión sentado en un asiento de turista no reclinable. Además, podrían realizar vuelos de 14 horas sin tripulación de refuerzo”, denuncia el Sepla.
‘Via crucis’ del sector
Este problema abre un nuevo frente en un sector que está sufriendo su particular via crucis por el incremento del precio de los combustibles. De este modo, Spanair ya ha anunciado la supresión de 1.100 empleos a partir de septiembre y aerolíneas como Ryanair se han visto obligadas a cerrar sus bases en Valencia y Palma de Mallorca, donde la low cost dejará de operar más de 370 vuelos. “Las compañías están atendiendo a criterios meramente económicos, pero la crisis en que se encuentran algunas compañías aéreas no puede ser una excusa para relajar la seguridad”, aseguraron fuentes del Sepla.
“Se intentaría causar el menor daño posible en caso de recurrir a un paro en agosto”, señalaron estas fuentes, dejando claro que esperan que no sea necesario llegar a ese punto. La clave de la negociación estaría, más que en las disposiciones que han entrado en vigor en julio, en calentar motores cara al mes de enero, fecha en que está previsto que la norma europea será aprobada con rango de real decreto.
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