La Guardia Civil de Haro detuvo el pasado 16 de julio en esta localidad a un matrimonio formado por M.A.M., de 48 años, natural de Portugal y vecino de la población y a su mujer, A.M.M., de 51, también natural de Portugal, como presuntos autores de un delito de explotación laboral de doce de sus compatriotas.
En el transcurso de las pesquisas también fue detenido, B.M.B.N., de 24 años, natural de Portugal y vecino de Haro, como presunto autor de un delito de robo con fuerza cometido contra ellos.
Estas detenciones fueron consecuencia de una denuncia presentada en las dependencias del Equipo de Policía Judicial de Haro por parte del propio de M.A.M., quien manifestó a los agentes que un compatriota suyo había entrado en su casa por una ventana y le había sustraído diez mil euros.
El mismo relató que el dinero robado no le pertenecía, sino que era de otros ciudadanos portugueses que trabajaban para él.
Ante las sospechas de que lo denunciado no fuera cierto, los agentes realizaron un discreto seguimiento sobre el denunciante, que fue sorprendido en el interior de su furgoneta cuando manipulaba 18 sobres, los cuales contenían en su interior 20.000 euros.
Localizado el presunto autor del robo, B.M.B.N. y, tras la toma declaración, este reconoció los hechos e indicó a los agentes que él no había sustraído diez mil euros, sino dos mil, que había devuelto de forma voluntaria a M.A.M.
También relató que fue contratado en Portugal por M.A.M. para trabajar en una bodega de La Rioja, que el mismo le prometió que cobraría unos sesenta euros diarios por ocho horas de trabajo, con alojamiento y comida gratis.
Sin embargo, en España trabajaba once horas diarias de lunes a viernes, más otras siete horas los sábados, por cincuenta y cuatro euros diarios, de los que les eran descontados la comida y otros gastos.
Ante estas declaraciones, el pasado miércoles, los agentes procedieron a la detención del matrimonio formado por M.A.M y A.M.M., como presuntos autores de un delito contra los derechos de los trabajadores.
Durante la detención le fue intervenida a M.A.M. una libreta con anotaciones relativas a los trabajadores portugueses que controlaba y que eran una docena en la actualidad.
Tras los datos aportados en la declaración por uno de los detenidos, se desprende que todos los temporeros portugueses trabajaban para una bodega.
Todos ellos estaban dados de alta en la Seguridad Social, tenían contrato en regla, con sus correspondientes nóminas, y abierta cada uno una cuenta en una entidad bancaria.
La bodega pagaba la hora a un precio.
Una vez que el trabajador cobraba su sueldo, tenía que entregárselo íntegramente a M.A.M. para que se lo "guardase".
Después M.A.M. les abonaba la hora trabajada a un precio muy inferior al pagado por la bodega, descontándoles una hora diaria que es la que tenían que trabajar gratis.
De modo que, un día trabajando once horas, cobrarían 54 euros.
De esta cantidad se detraían gastos diversos, como comida, a razón de veinte euros diarios, tabaco, cerveza, siempre con "recargo", combustible (por llevarles al viñedo en su furgoneta), adelantos de dinero y otros.
Tras la instrucción de las correspondientes diligencias, estas fueron puestas a disposición del Juzgado de Instrucción número Dos de Haro, junto con los detenidos y los veinte mil euros intervenidos.
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