El Consell Executiu aprobó ayer un presupuesto de 199,6 millones de euros, un 7% más que el del año pasado, al Plan de ciudadanía e inmigración, que engloba todas las actuaciones de la Administración autonómica en esta materia, y prevé desarrollar 321 actuaciones relacionadas con las formación de trabajadores extranjeros, la acogida lingüística y el fomento de la participación social.
Las políticas de acogida tienen como objetivo impulsar los mecanismos que permitan a los extranjeros el conocimiento del entorno, la lengua y la formación laboral. Por otro lado, la actuación encaminada a la igualdad, quiere formar a los profesionales en la atención de personas de contextos culturalmente diversos.
En cuanto al fomento de la participación social se trata de facilitar las relaciones entre la ciudadanía en la esfera pública, fundamentalmente en la gestión de los sistemas educativos, sanitarios y sociales. También se han previsto acciones de prevención de las discriminaciones y el racismo.
Este plan, aprobado como ‘política transversal del Govern’ en 2005, engloba los programas de formación de trabajadores en origen, proyectos como ‘profit’, orquestado por el Departamento de Turismo para enseñar el vocabulario básico catalán para trabajar en la hostelería, las aulas de acogida de estudiantes inmigrantes y programas de prevención de violencia entre jóvenes inmersos en bandas urbanas, entre otros. Las consejerías de Educación (90 millones de euros), Trabajo (43,6 millones) y Acción Social (38) son las principales destinatarias de estos fondos.
El Govern aprobó también el Plan Único de Obras y Servicios (PUOSC) de 2008, con una dotación de 141 millones de euros para 955 proyectos de obras de ámbito municipal, subvencionados por la Generalitat, las diputaciones y los gobiernos locales. Se trata de la cifra más alta aprobada, destacó el conseller de Gobernación, en la presentación del plan, que supone además ‘mucha obra pública que se llevará a cabo en todo el territorio y beneficiará a pequeñas y medianas empresas’ en un contexto especialmente duro de crisis. Da prioridad a las actuaciones para mejorar la gestión del agua e incluye por primera vez proyectos de telecomunicaciones.
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