CC.OO. consideró hoy "decepcionante" el resultado final de la Cumbre del G-8 celebrada en Hokkaido (Japón) por no haber definido unas bases claras que faciliten las negociaciones tendentes a combatir el cambio climático ni adoptar medidas concretas para hacer frente a la debilidad económica y el creciente desempleo.
El sindicato denunció que los líderes del G-8 no han estado "a la altura" de los retos actuales, de forma que la Cumbre no ha aportado nada más que "retórica sin compromisos concretos", demostrando una "preocupante" carencia de liderazgo efectivo frente a las crisis actuales.
"Las conclusiones de la Cumbre ofrecieron pocas novedades. Llamamientos a la protección de las inversiones, al arbitraje internacional para resolución de disputas, facilitación de los servicios financieros transfronterizos o ausencia de referencias a la responsabilidad de los inversores han marcado la Cumbre. Más allá de vagas referencias a regulaciones financieras, el G-8 nada ha dicho sobre el papel de los ‘hedge funds’, los fondos de capital-riesgo o la falta de transparencia de los mercados en la crisis financiera internacional", criticó CC.OO.
La organización dirigida por José María Fidalgo señaló en ese sentido que sólo en el ámbito de la seguridad energética, a la que el texto de la declaración final dedicó una especial atención, se abogó por la transparencia de los mercados, advirtiendo del comportamiento especulativo de algunos fondos de inversión y apoyando el papel de la OCDE en la lucha contra la evasión fiscal.
Además de no adoptar objetivos concretos sobre la reducción de emisiones para sus países ni concretar cómo se piensa reducir la dependencia de fuentes de energía fósiles, el sindicato manifestó que la declaración final del G-8 contrasta negativamente con las conclusiones de los ministros de Trabajo del mismo grupo, que apostaron decididamente por la creación de "empleos verdes".
CC.OO. también criticó que no se haya concretado cómo se cumplirá su compromiso de elevar la Ayuda Oficial al Desarrollo (ODA) y, aunque juzgó adecuadas las propuestas a corto plazo sobre cómo afrontar la actual crisis alimentaria, lamentó que el G-8 pasara "de puntillas" sobre los factores estructurales que la han favorecido, incrementando los precios y amenazando el suministro.
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