Son unos alumnos muy especiales y se están formando como camareros para restaurante y bar en la Escuela de Hostelería de Ourense. Y es que hacer bien café o saber llevar la bandeja, servir las mesas o elaborar platos también tiene su grado de dificultad, sobre todo para las 15 personas de este curso, siete con discapacidad intelectual y ocho física, de las cuales nueve serán contratadas directamente, cuando finalicen las clases (en septiembre), en el servicio hostelero de las termas de Outariz.
‘Aunque tienen el pequeño problema de que son más lentos a la hora de hacer las cosas, lo suplen porque prestan más atención en las clases y son más disciplinados’, según Francisco Domínguez, el profesor del curso de formación que esta escuela imparte, por primera vez, a este colectivo, gracias al convenio suscrito entre Aspanas y la Consellería de Traballo. ‘Es una experiencia muy enriquecedora a nivel personal, porque ves que son todo corazón. Además, son muy activos y amables’, afirmó.
Raquel Doval López, que cumple la labor educativa de apoyo a estas personas con discapacidad intelectual, destaca que es un grupo muy cohesionado y con una gran ilusión por la oportunidad laboral. ‘En principio, el curso no presenta dificultades para estas personas, quizás deben trabajar un poco más el manejo de la bandeja y las habilidades sociales y las clases más teóricas, pues les cuesta interiorizar los contenidos o hacer resúmenes’.
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