"Pedimos a la empresa que los riesgos de este ajuste de producción a la baja debemos compartirlo entre todos. No podemos aplicar sólo la reducción de horarios, sino que habrá que buscar otras medidas estructurales que garanticen la calidad del empleo que estamos desempeñando", apunta.
Argumenta Rubén Pérez, que es responsable de automoción en el sindicato, que los más perjudicados son los trabajadores del turno de noche, a los que se les reduce una hora diaria de la jornada de trabajo y, en consecuencia, su salario también se ve afectado.
El portavoz ugetista es responsable y advierte que en Citroën hay que partir de un hecho extraordinario, de que es la primera planta española en producción, que el año pasado con 545.000 coches batió su récord histórico y hubo días en los que superó los 2.300 coches. "Lo que estamos viviendo es una situación un poco complicada dentro de los elevados niveles en los que nos movemos. Todo hay que ponerlo en su justo contexto. Somos los que más producimos. No nos llegaban los días para cubrir la demanda y ahora nos afecta la crisis del sector", matiza.
El secretario del SIT, Alberto Priego, reconoce que "estamos todos preocupados. La gente está muy sensibilizada porque el que más y el que menos tiene hipotecas y la reducción en el horario de trabajo no gusta a nadie. Es bien cierto que el horario de noche se creó para hacer cuatro horas, pero el personal se acostumbró a hacer más horas y ahora les afecta la bajada",
El responsable del sindicato mayoritario en la empresa también es partidario de que el recorte "se consiga repartir entre todos y se dañe lo menos posible a un número determinado de trabajadores".
Alberto Priego comprende las medidas adoptadas porque hay un evidente bajón en la venta de coches. "Estamos intentando hacer frente a la situación con todas las medidas de flexibilidad que tenemos acordadas con la empresa. La suerte es que disponemos de estas medidas, sino sería peor. Pero no debe haber unos más perjudicados que otros".
En este sentido, Rubén Pérez celebra que "no haya que mandar a nadie para casa. No hay regulaciones, no has despidos. La flexibilidad aguanta bien, pero de momento. Pedimos que a la vuelta de las vacaciones haya una visión de los programas de producción a más largo plazo".
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