Europa debería poner fin a su temor a los inmigrantes, un colectivo que ha generado ‘enriquecimiento’ en ese continente, afirmó ayer desde la capital ecuatoriana el alcalde de París, Bertrand Delanoë.
‘Creo que Europa tiene que cesar en el hecho de tener miedo a la inmigración y, sobre todo, tiene que cesar en hacer de ése un asunto electoralista’, señaló a los periodistas Delanoë, quien ha asistido en Quito a una reunión del buró político de la Organización Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos (CGLU).
El alcalde de la capital francesa, que preside la CGLU, no quiso ahondar en el endurecimiento de las leyes migratorias en Europa, pero indicó que los europeos deberían mirar a la inmigración como un factor de desarrollo.
El Parlamento Europeo aprobó recientemente una polémica norma para regular la inmigración, conocida como directiva de retorno, que prevé entre otros aspectos que los indocumentados puedan ser retenidos por un período máximo de 18 meses en casos excepcionales mientras se tramita su repatriación.
La llegada de trabajadores extranjeros a Europa ‘no representa pobreza, sino una riqueza y un enriquecimiento y, por eso, pienso que hay que organizarla y que hay que discutir este tema con los Estados de origen’ de los inmigrantes, apuntó Delanoë.
Precisó que los asuntos sobre flujos migratorios competen exclusivamente a los Estados pero, como fenómeno ciudadano, el asunto debe ser incluido en los proyectos municipales.
‘La inclusión social moviliza a todos los alcaldes del mundo y no hay ninguna ciudad en el mundo que no esté propugnando la solidaridad y la lucha contra la pobreza’, recalcó Delanoë al señalar que en París ‘se lucha para que los extranjeros puedan participar en las elecciones municipales’.
‘Tenemos ciudades que emiten emigrantes y las que reciben inmigrantes, por eso es importante la cooperación’, subrayó por su parte el alcalde de Quito, Paco Moncayo, tras destacar varios convenios migratorios que ha suscrito con ayuntamientos europeos.
Entre la capital ecuatoriana y Madrid, detalló Moncayo, existe el proyecto ‘La Casa del Migrante’, que otorga ayudas a los inmigrantes en la urbe española, así como a las familias que permanecen en Quito.
Por ello, en el ámbito de la CGLU se trabaja ‘de manera flexible’ y se han establecido ‘convenios entre ciudades’ sobre los colectivos migratorios, agregó.
Según Moncayo, la organización también ha creado varios grupos de trabajo, uno de los cuales, encargado de la inclusión social, investiga y estudia estrategias sobre los flujos migratorios de carácter urbano.
Recordó que la CGLU agrupa a más de 17.000 ayuntamientos de todo el mundo y a unas 50.000 organizaciones ciudadanas y, en total, abarca a 3.000 millones de personas.
La entidad, creada en 2004 y reconocida por la ONU, congregó en Quito a 120 representantes de los cabildos miembros durante una reunión de su buró político, que concluyó el viernes.
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