El consejero del Banco Central Europeo José Manuel González Páramo recomendó hoy evitar las cláusulas de revisión salarial para hacer frente a las subidas de la inflación, y advirtió del riesgo que también pueden tener las subidas de los precios administrados y los impuestos indirectos por parte de los gobiernos.
En su intervención en el encuentro financiero organizado por Caja Madrid, González Páramo consideró que estas cláusulas estuvieron en la ‘raíz’ de los prolongados episodios de desempleo masivo que siguieron a las crisis de precios del petróleo y las materias primas de los años 70 y 80.
El consejero del BCE insistió en que el principal mandato de este organismo es la estabilidad de precios a medio y largo plazo, independientemente de la situación económica actual.
Añadió que la subida en veinticinco puntos básicos, hasta el 4,25 por ciento de los tipos de interés decidida la semana pasada, tuvo como principal objetivo evitar efectos de segunda ronda con la fijación de precios y salarios.
En declaraciones posteriores a los periodistas, González Páramo señaló que el BCE actuó correctamente la semana pasada, y consideró que ‘si se suavizaran las tensiones’ en los mercados financieros se podría reducir el diferencial que existe entre el euribor -índice hipotecario de referencia en España- con los tipos de interés de la eurozona.
Tras recordar que ‘no hay conexión’ entre la política monetaria del BCE y los niveles actuales del euribor, reconoció que al organismo le preocupa el diferencial entre ambos índices, que muestra aún la ‘falta de confianza’ en los mercados financieros.
No obstante insistió en que el BCE no tiene expectativas o previsiones sobre los efectos que la subida de tipos puede tener sobre el euribor.
González Páramo apuntó en su conferencia que todos los agentes económicos deben estar a la ‘altura de las circunstancias’ para atajar la elevada inflación y buscar la estabilidad de precios, esencial también para un crecimiento sostenible y para la creación de empleo.
‘Por complicadas que resulten las actuales condiciones de la economía mundial las reglas de la política monetaria no han cambiado’, advirtió el consejero del BCE, quien recordó que la inflación es un fenómeno monetario a largo plazo, y el principal mandato del Banco es atajarlo.
La subida de tipos de la semana pasada, señaló, que se ha tomado en un contexto en el que la inflación ha estado elevándose desde el otoño pasado, y se espera que las tasas sigan, ‘durante un periodo más prolongado del que se pensaba’, por encima del objetivo de estabilidad de precios que marca el BCE, del 2 por ciento.
En cualquier caso, consideró que los fundamentos de la economía en la zona euro ‘siguen siendo sólidos’ aunque este año se haya debilitado el crecimiento, y también estimó que el dinamismo de la liquidez y del crédito se mantienen vigorosos y ‘sin restricciones significativas’ lo que también supone un riesgo al alza para la inflación a medio plazo.
En su análisis de las perspectivas de crecimiento en el área de la moneda única, González-Páramo señaló que se mantienen numerosos riesgos a la baja, entre ellos nuevas subidas no anticipadas de los precios de la energía y las materias primas, que tendrían un efecto de moderación de los hogares y la actividad empresarial.
Citó entre otros riesgos la posibilidad de que las tensiones financieras afecten de forma más adversa de lo anticipado, y también expresó su preocupación por la aparición de ‘presiones proteccionistas’ o de un ‘posible reajuste desordenado de los desequilibrios’ que afectan a las economías de la eurozona.
José Manuel González Páramo concluyó su intervención insistiendo en que sólo con una política monetaria dirigida a la estabilidad de precios puede el BCE ‘apoyar el crecimiento sostenible y el empleo en la eurozona así como proteger a medio plazo el poder de compra y el nivel de vida de los ciudadanos’.
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