TCSA, la empresa adjudicataria de Bilbobus y de 39 líneas de Bizkaibus, ha exigido que cesen de inmediato los sabotajes contra los autobuses por el conflicto laboral que sufre el servicio desde principios de mayo. El sábado, en el segundo día de huelga de este mes, un grupo de encapuchados asaltaron dos convoyes de los servicios mínimos, amenazaron a los conductores y causaron diversos destrozos. La dirección de la compañía se mostró muy preocupada por esta noticia y alertó de que la ‘radicalización’ de las acciones ‘pueden llevar al enfrentamiento entre los propios trabajadores’. Los representantes de los operarios, por su parte, condenaron estos actos y aseguraron que ‘nada tienen que ver con los empleados’.
Los hechos denunciados sucedieron a primera hora de la mañana en el barrio leiotarra de Sarriena y en Astrabudua. Siempre según la versión de TCSA, cuatro encapuchados irrumpieron de forma violenta en los autobuses, increparon al chófer y la emprendieron a patadas contra el pupitre, la canceladora y los espejos retrovisores, bajo la incrédula mirada de los pasajeros.
Los asaltantes abandonaron las unidades a la carrera, mientras que los viajeros tuvieron que esperar a la llegada de sendos autobuses de repuesto. ‘Esto provocó algunos retrasos’, explicaron desde TCSA.
‘Escalada violenta’
Nada más conocer la noticia, la dirección emitió un comunicado denunciando la ‘escalada en la agresividad y virulencia’ de las acciones de los huelguistas, porque los actos ‘tienen una relación evidente con el conflicto laboral’, manifestaron. El pasado sábado, catorce autobuses amanecieron con las lunas rotas. En este sentido, exigió al comité de empresa que ‘impida la comisión de este tipo de actos’. Los representantes de la plantilla, sin embargo, negaron cualquier responsabilidad de los operarios en los ataques de encapuchados y mostraron su repulsa. A su juicio, ‘en nada tienen que ver con ninguno de nuestros compañeros’, declaró el portavoz del comité de empresa, Juan Antonio Fernández.
‘Ya teníamos dudas de que lo que sucedió con los cristales rotos tuviese alguna relación con los trabajadores, pero es que lo de hoy claramente nos pone en otro marco’, dijo. El sindicalista insistió en que ‘no se puede hablar de trabajadores’, sino de personas que ‘alteran el orden público y están haciendo actos de acoso a las unidades de Bizkaibus’. La dirección de la adjudicataria de Bilbobus y Bizkaibus ofreció una contrarréplica censurando esta actitud: ‘Mostramos nuestra sorpresa e indignación por los torpes intentos de algún miembro del comité de huelga que ha intentado trasladar la responsabilidad de los sabotajes a gamberros o personas ajenas interesadas en hacer fracasar las negociaciones’.
Los paros totales continuaron el domingo. Los servicios mínimos han sido decretados en un 30 por ciento. En la última asamblea, los conductores votaron por mayoría -267 contra 217- seguir con las movilizaciones hasta alcanzar las mejoras salariales planteadas, que se centran en lograr una equiparación con los empleados de los autobuses de Vitoria. Hoy, el Gobierno vasco volverá a sentar en la mesa de negociación a ambas partes.
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