José Luis Álvarez, director general del Inem regional, ha evaluado cuál es el perfil medio del asturiano que se está quedando al paro con el primer gran frenazo económico del siglo XXI: «Varón, con más de 40 años y con oficio». Es, según las mismas explicaciones, el caso más común entre los 2.684 asturianos que en un año han engrosado las listas del desempleo. Sus rasgos concuerdan, con toda probabilidad, con los de muchos de los 1.766 trabajadores de la construcción que desde junio de 2007 se han convertido en demandantes de trabajo.
El nuevo clima del mercado laboral está dañando al trabajo de los varones. Hay 2.684 parados más que hace un año y, en cambio, las paradas son 89 menos. Es una crisis que implica a personas con estudios primarios o de primera etapa de Secundaria y que ha llevado al desempleo a casi 1.200 asturianos con edades superiores a los 45 años. Atañe mucho menos a los universitarios, entre los que el paro bajó casi un 9 por ciento en el último mes, menos aún a los titulados en Formación Profesional. Y es, sobre todo, una crisis laboral para gentes con oficio: el número de demandantes de empleo que son trabajadores cualificados creció el 21 por ciento en un año. Presumiblemente, la gran mayoría, profesionales del sector de la construcción.
El paro ha aumentado un 5,6 por ciento interanual en Asturias, lejos de la media del país (21%), muy influida por el seísmo de la construcción en regiones como Comunidad Valenciana, Murcia, Andalucía o Cataluña. Puertas adentro de Asturias, el incremento más significativo es el de Oviedo y se explica también por la construcción. El desempleo en la capital asturiana ha crecido un 9,5 por ciento interanual, la mayor subida entre los principales concejos. Oviedo tiene 9.888 demandantes de trabajo, 859 más que a estas alturas de 2007, y la gran mayoría son trabajadores del negocio del ladrillo y el hormigón. El paro de la construcción se ha incrementado en el municipio en este tiempo un 70 por ciento (455 personas más), un ritmo alejado también de los registros de Valencia o Murcia, aunque sí homologable al que presenta Cantabria (64 por ciento), la región del Norte más afectada por el desenlace del «boom» inmobiliario y aquella cuyo crecimiento ha estado en estos últimos años más vinculado a intensos desarrollos urbanísticos en la costa. El resultado de Oviedo puede estar influido por el final de algunas grandes obras, como el grueso de los trabajos en el complejo del Palacio de Congresos.
La evolución del paro en Gijón es más contenida (4 por ciento interanual) y aún lo es más en Avilés (3,6 por ciento) y en Siero (3,4 por ciento). Y llama la atención que entre los grandes territorios de la región sean los mineros los que, siempre según las cuentas del Inem regional, parecen capear mejor el deterioro del mercado: el paro apenas ha subido en Mieres (0,5 por ciento) y el incremento en Langreo se queda en el 2,4 por ciento. La cola del paro ha aumentado en un año apenas en 70 personas entre ambos municipios, si bien la interpretación que a menudo hacen los sindicatos sobre el comportamiento del mercado laboral en las Cuencas asocia los descensos del desempleo al éxodo, a la salida de marcha de ciudadanos, jóvenes sobre todo, a otras zonas con economías más solventes.
El fuerte aumento interanual del paro en España ha tirado con fuerza también del gasto del Estado en prestaciones y subsidios, financiado a través de las aportaciones de los trabajadores y de las empresas. La nómina de esas prestaciones supera ya los 1.500 millones de euros al mes y ha crecido casi un 31 por ciento en doce meses. También ha aumentado en Asturias, aunque de forma más moderada. El desembolso en esos pagos, que comprenden los contributivos (percibidos por los trabajadores en función del tiempo trabajado y sus cotizaciones), los subsidios (en función de los ingresos y las cargas familiares) y la rentas de inserción (becas de formación y otras análogas), asciende ahora a 30,4 millones de euros mensuales, 3,9 millones más que un año atrás (14,7 por ciento). Es así porque el número de beneficiarios ha variado en proporciones similares. A fecha de mayo de 2008, último dato divulgado por el Gobierno, había 30.389 parados asturianos cobrando alguna prestación, percibiendo una media superior a los 820 euros para el caso de quienes tienen derecho a la renta contributiva tras perder su trabajo. La nómina de los parados que cobran ha aumentado en casi 3.900 personas.
El Servicio Público de Empleo (Inem regional) contratará a partir de septiembre a un equipo de «orientadores», nuevo personal para sus oficinas que se encargará de realizar un seguimiento personalizado de los demandantes de trabajo para favorecer su inserción laboral.
Será una de las medidas que se financiarán con los fondos que el Consejo de Ministros acaba de aprobar para propiciar la recolocación de desempleados. El programa está singularmente orientado hacia los nuevos parados del sector de la construcción, y el Principado, según expuso ayer el consejero de Industria, Graciano Torre, procurará la incorporación de desocupados como éstos en sectores que están demandando profesionales (metal, hostelería…).
El Inem regional, que dirige José Luis Álvarez, ultima además los primeros programas formativos, con los que, de acuerdo con lo pactado con patronal y sindicatos, se rehabilitará en parte la figura del aprendiz. Los parados podrán realizar cursos con un intenso capítulo de prácticas en empresas y que incluirá el pago de becas.
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