Los mineros entraron en huelga el lunes pasado para exigir una mayor porción de las utilidades de una industria que se está beneficiando de un importante alza global en los precios del metal.
Perú es el segundo productor mundial de cobre, cuyo precio ha aumentado a precios récord en la última semana, debido a preocupaciones por posibles interrupciones de las exportaciones peruanas del mineral.
Miles de mineros de todo el Perú se reunieron a unos cuantos cientos de metros del edificio del Congreso exigiendo una solución a sus quejas.
Quieren que se apruebe un proyecto de ley que retire los límites a la repartición de utilidades, con el fin de poder recibir bonificaciones financieras resultantes de las enormes ganancias extraordinarias logradas por multinacionales mineras en Perú, debido a los altos precios internacionales de los metales.
También quieren un día laboral más corto y mejores beneficios pensionales.
El primer ministro peruano, Jorge del Castillo, dice que ha pedido al Congreso votar el proyecto de ley, pero que la mayoría de sus miembros están de receso.
El compromiso con la huelga está disminuyendo y algunos trabajadores de las principales minas peruanas están volviendo al trabajo.
El gobierno peruano, que declaró ilegal la huelga, dice que solo 10% de todos los mineros están en huelga y que la producción no se ha visto significativamente afectada.
Pero este último cese de actividades, la tercera huelga minera sustancial en apenas un año, es otra señal al presidente Alan García de que, pese a que la minería está impulsando la economía, sus trabajadores no sienten que los beneficios de ese crecimiento también les llegue a ellos.
El mes pasado varios policías fueron tomados como rehenes en el clímax de una huelga de una semana de duración en el sur del país.
Los manifestantes decían que querían una mayor porción de los impuestos que la mina local, Southern Copper, le paga al gobierno.
Esta última empresa es el mayor productor de cobre de Perú.
Aunque la minería está impulsando el reciente boom económico peruano, su mandatario Alan García está bajo presión creciente para extender la riqueza a los trabajadores y los pobres.
Y mientras algunos mineros comienzan a regresar a su trabajo al final de una semana de huelga, el gobierno se está preparando para enfrentar una huelga nacional aún mayor, planeada para la semana entrante.
Miles de mineros y trabajadores de muchos otros sectores mostrarán su descontento frente a lo que ellos consideran como la manera injusta en que se está distribuyendo la recientemente encontrada riqueza de Perú.
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