El Banco de España señala que el número de parados en la construcción se incrementó en un 63% en el mes de mayo en términos interanuales, al tiempo que los indicadores de consumos intermedios, como la producción de materiales de construcción y el consumo aparente de cemento, se contrajeron en los meses de abril y mayo.
El Banco de España alertó hoy de que la corrección del sector de la construcción podría haberse intensificado "recientemente", sobre todo como consecuencia de la evolución de su componente residencial y del "deterioro acusado" que experimentaron todos los indicadores del sector relativos al mercado de trabajo en el mes de mayo, según se desprende del boletín económico correspondiente al mes de junio.
Asimismo, achaca esta intensificación del ajuste al empeoramiento de los indicadores adelantados, como el retroceso del 44% de la superficie visada en proyectos de edificación de viviendas en abril o el "comportamiento desfavorable" de la edificación no residencial en ese mismo mes del año.
De una forma global, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez advierte de que la ralentización de la actividad económica continuó en el segundo trimestre del presente ejercicio, como consecuencia del empeoramiento de casi todos los indicadores económicos.
En concreto, el Banco de España recuerda que en el mes de mayo retrocedieron diversos indicadores del consumo privado, como las ventas del comercio al por menor o las matriculaciones de automóviles, así como determinados indicadores cualitativos, como la confianza de los consumidores, o el indicador análogo referido a los comerciantes minoristas.
Por su parte, la inversión en bienes de equipo también presentó "signos de debilitamiento" en el mes de mayo, al tiempo que la capacidad productiva continuó mostrando una pérdida de impulso al reducirse hasta el 80,2% en el segundo trimestre.
No obstante, la autoridad monetaria reconoce el buen comportamiento de las exportaciones reales de bienes de equipo en los meses de marzo y abril, así como de la vertiente importadora. Así, el déficit comercial en términos nominales continuó aumentando en los meses de marzo y abril aunque, según el Banco de España, lo hizo a un ritmo de crecimiento "inferior".
Por otro lado, la institución destaca el comportamiento "relativamente positivo" del turismo en los meses de abril y mayo a pesar de que el sector continúa moderándose, al tiempo que pone de manifiesto el incremento de la necesidad de financiación del país y el aumento del déficit por cuenta corriente debido, sobre todo, a la evolución de la balanza comercial.
En cuanto a la evolución de la oferta, el Banco de España pone de manifiesto que la actividad industrial, que ya había registrado una pérdida de dinamismo en el primer trimestre del año, siguió mostrando un "tono débil" al inicio del segundo y podría haber experimentado un "deterioro adicional", ya que, además, los indicadores del mercado de trabajo para este sector no evolucionaron en mayo de forma favorable.
EL EMPLEO, EN CONSONANCIA CON LA ACTIVIDAD
En cuanto a la evolución del mercado de trabajo, la institución gobernada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez asegura que los indicadores de empleo evolucionaron en el segundo trimestre en consonancia con el "menor dinamismo" de la actividad, con incrementos en el número de parados y descensos en la afiliación.
Asimismo, considera que, con los indicadores disponibles, el crecimiento de los salarios "se está acelerando" en los primeros meses de 2008, debido al incremento de los costes laborales y a la subida salarial pactada en la negociación colectiva.
Finalmente, el Banco de España pone de manifiesto la reducción del 80% del superávit hasta el mes de mayo, como consecuencia del aumento de los gastos y la disminución de los ingresos, la desaceleración de la financiación captada por los hogares y las sociedades no financieras, y los aumentos de casi todos los índices de precios como consecuencia, en gran parte, del incremento de los precios de los productos energéticos.
AUMENTO DE LOS RIESGOS INFLACIONISTAS
Respecto a la evolución de la economía internacional, señala que tras la "incipiente estabilización" que tuvo lugar en el mes de mayo en los mercados internacionales, se ha producido un nuevo cambio a lo largo del mes de junio que se puede atribuir, en gran medida, a un aumento de la preocupación por los riesgos inflacionistas a nivel global.
Según el Banco de España, este cambio ha tenido lugar en un contexto de progresivo aumento de las tasas de inflación en las economías industrializadas y emergentes en los últimos meses, razón por la que se ha percibido un endurecimiento en el discurso de las autoridades monetarias, sobre todo de la Reserva Federal (FED).
Además, el Banco de España considera que los indicadores más recientes mantienen "señales de debilidad" en cuanto a la evolución de la actividad en EE.UU., al tiempo que la información disponible sobre la actividad en la zona euro apunta a una ralentización en el segundo trimestre tras el fuerte crecimiento del primero.
En cuanto al empleo en la zona euro, recomienda seguir "profundizando" en las reformas estructurales y en la flexibilización del mercado de trabajo para mejorar la adaptación de las personas de mayor edad a los puestos de trabajo disponibles y a un contexto económico que está "en continuo cambio".
OBJETIVO DE LISBOA EN 2010
Para el Banco de España, la implementación de medidas que fomenten la movilidad geográfica, la formación continua o que posibiliten la integración con las nuevas tecnologías permitirá incrementar "el grado de utilización" de la población en edad de trabajar y aumentar la renta per cápita de la zona euro.
En relación al cumplimiento de la Agenda de Lisboa en materia laboral, considera "probable" que pueda cumplirse el objetivo de llegar al 60% de tasa de ocupación femenina en 2010, ya que en 2007 el dato se quedó a sólo dos puntos porcentuales de la cifra fijada.
Por el contrario, el Banco de España advierte de que la tasa de ocupación establecida en el documento -tanto la de población total en edad de trabajar como la femenina y la de edades entre los 55 y los 64 años- "todavía no se ha alcanzado" ni en el conjunto del área euro ni en la mayoría de los países que la integran.
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