España registró en 2007 una tasa de temporalidad del 31,9 por ciento, la más alta de la Unión Económica y Monetaria, seguida de Portugal, con el 22,2 por ciento, según el boletín económico de junio publicado por el Banco de España.
En su informe sobre la evolución del mercado de trabajo en la UEM en la última década, la entidad financiera destaca el aumento del trabajo temporal en el conjunto de los países miembros, que tuvo un crecimiento acumulado del 38,8 por ciento en dicho periodo, mientras que el empleo indefinido aumentó el 14,4 por ciento.
No obstante, señala que a pesar del aumento de la temporalidad, en 2006 y 2007 se observó un cambio de tendencia y se ralentizó su ritmo de crecimiento, al tiempo que el empleo indefinido se aceleró de forma progresiva.
Según el Banco de España, entre 1998 y 2007, el total de empleados en la UEM aumentó en más de 18,5 millones, lo que ha supuesto un crecimiento acumulado del empleo del 15,7 por ciento.
Añade que, en el conjunto de estos países, la tasa de ocupación alcanzó el 65,7 por ciento en 2007, la tasa de actividad se elevó más de cuatro puntos, hasta situarse en el 70,9 por ciento, y la tasa de paro se redujo hasta alcanzar el 7,3 por ciento, la más baja desde la creación de la UEM.
La entidad financiera destaca la evolución positiva de España en el periodo, aunque señala que su posición de partida era una de las menos favorables.
España también se situó en cabeza en cuanto a aumentos en tasa de ocupación (casi 15 puntos en el periodo) y tasa de actividad (3 puntos) y fue el país donde más se redujo la tasa de paro, con una caída que superó los 10 puntos entre 1998 y 2007.
En el conjunto de los países de la UEM, el mercado de trabajo tuvo un ‘buen comportamiento’ que, según el Banco de España, refleja el impacto de las diferentes reformas laborales, que han afectado en mayor medida a las mujeres y a los trabajadores de mayor edad.
No obstante, y a pesar de la notable creación de empleo, el fuerte crecimiento de la población activa y la reducción del paro en estos países, la entidad advierte de que todavía no se ha alcanzado el objetivo de la estrategia de Lisboa para 2010 -que establece un 70 por ciento en la tasa de empleo- ni en el área del euro, ni en la mayoría de los países integrantes.
Por ello, el organismo supervisor considera necesario que se siga ‘profundizando’ en las reformas estructurales y en la flexibilización del mercado laboral y se fomente, entre otros factores, la movilidad geográfica, la formación continua o la integración con las nuevas tecnologías.
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