Y en esa fase inicial, la Generalitat pretende abrir camino con un plan estratégico sobre los usos y la gestión del tiempo que vaya más allá de lo que hasta ahora era una simple campaña de sensibilización. Hoy, está previsto que el Consell Executiu apruebe este plan pionero que supondrá en su primer año un desembolso de 296,7 millones de euros, aunque en esa cifra se incluyen partidas ya presupuestadas en obras públicas como la construcción de guarderías.
El plan, que es una iniciativa del Departament d´Acció Social i Ciutadania, tiene una duración de diez años pero se adecuará cada año. Consta de 166 medidas y afecta a 13 departamentos. Su objetivo es reconducir las disfunciones creadas por los cambios sociales y tecnológicos de los últimos años; el incremento del número de personas ancianas; el impacto de la nueva inmigración; la reducción de las unidades familiares y el aumento de los hogares monoparentales; la mayor presencia de las mujeres en el mercado laboral; el crecimiento del teletrabajo y otras formas de organización; las nuevas pautas de movilidad, etc. Para hacer frente a estos nuevos retos se propone superar el concepto de conciliación del tiempo por el de gestión o distribución del tiempo. Los ponentes estiman que en el mundo actual ya no tiene sentido la clásica división del tiempo entre horario laboral, horario para dormir y horario personal. Se propone, por el contrario, avanzar hacia una concepción unitaria y global. Así, el teletrabajo puede permitir trabajar desde casa y al mismo tiempo atender a un familiar dependiente o a un niño. Del mismo modo, se propone crear espacios para dejar los niños mientras se va de compras o se trabaja.
Para realizar un seguimiento y evaluación, el Govern creará una Oficina del Plan Estratégico, adscrita a la secretaria de Políticas Familiares. Paralelamente se prevé la constitución de un Consell Ciutadà que debe ser un foro de debate e impulso, incluso con fórums territoriales.
Las medidas propuestas en este primer plan se dividen en cuatro ejes. El principal pretende aumentar el tiempo disponible y para ello incluye medidas como la reducción de los tiempos de movilidad y la reducción de las necesidades. Entre las líneas de trabajo se señalan la mejora de la frecuencia de paso del transporte público o la mejora del acceso al transporte público en los polígonos industriales, e incluso un plan de caminos rurales que optimice las comunicaciones. Son, como se ve, medidas de futuro que suenan a utópicas. Otras en cambio son más realistas como la creación de la figura del gestor de la movilidad en las grandes empresas o en los mismos polígonos o la ampliación de horarios en instalaciones deportivas y equipamientos culturales.
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