El proyecto de directiva europea que permite alargar la semana laboral hasta un máximo de 65 horas ha puesto en alerta a los negociadores de convenios colectivos. La flexibilidad que da la norma al empresario para prolongar la jornada durante tres meses si necesita producir más, supondrá el abaratamiento de las horas extras y desborda todos los acuerdos sobre ampliación y reducción del tiempo de trabajo.
La aprobación definitiva de la directiva, que aún ha de ser debatida en el Parlamento europeo, supondría dinamitar los cimientos en los que se basan los pactos sectoriales o de grandes empresas para adaptar los turnos de trabajo a las necesidades de producción.
La patronal CEOE lamenta en su último informe sobre negociación colectiva que, a pesar de la presión ejercida por los empresarios en los últimos años para conseguir esa flexibilidad organizativa, "solo" el 37% de los convenios colectivos registrados en España incluye alguna fórmula de lo que en el argot de los negociadores se denomina distribución irregular de la jornada.
PACTOS INDIVIDUALES
La organización recuerda que, con la normativa actual, "resulta indispensable" un acuerdo con los representantes de los trabajadores para tener jornada elástica. Con la nueva regulación europea, se abre la puerta a acuerdos individuales, lo que ha provocado el rechazo de los sindicatos.
Las centrales han aceptado la flexibilidad de jornada a cambio de compensaciones económicas o en tiempo libre. Sin embargo, la nueva directiva "deja en el aire la compensación de las horas extras que existe ahora, puesto que cambiarán los límites", indicó Rafael Ortiz, socio del bufete Garrigues. A su juicio, la nueva regulación puede ser positiva porque "dará más flexibilidad a las empresas, siempre que tenga un efecto neutro en el cómputo anual de horas de trabajo y que esté sujeta a negociación colectiva".
En Seat, una de las empresas pioneras en pactar un sistema interno de jornada flexible, "sería imposible alargar la jornada a 60 o 65 horas", según Matías Carnero, presidente del comité y dirigente de UGT. Con la fábrica de Martorell funcionando 24 horas al día en turnos de ocho horas, solo el personal de apoyo podría acogerse a las nuevas reglas de prolongación de jornada.
Con el pacto de flexibilidad actual, "un trabajador de Seat podría trabajar hasta los siete días de la semana, es decir, 56 horas, pero con la compensación de días de fiesta a cambio", afirmó Matías Carnero. Para el dirigente sindical, los principales problemas de la nueva directiva europea son las jornadas maratonianas de más de 10 horas diarias y la falta de compensación.
Entre los convenios con jornada flexible también se encuentra el del textil, que prevé un máximo de 50 horas semanales y 10 diarias durante 13 semanas. A cambio, los empleados tienen derecho a acumular las horas extras para disfrutar de festivos y cobran un plus del 15% por la décima hora diaria o por trabajar el sábado. Este complemento llega al 50% en el sector del metal de Barcelona si la jornada extra, de una bolsa anual de 80 horas flexibles, se produce en un festivo.
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