El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, expresó hoy su rechazo a las peticiones del Banco de España de moderación salarial y liberalización del mercado de trabajo. "No puedo aceptar las recetas más conservadoras que siempre van en la misma dirección: decretazos, recorte de derechos, disminución del gasto social y frenazo al impulso de las infraestructuras y de la investigación productiva", señaló.
Blanco dejó claro que él está en contra de la liberalización del mercado de trabajo y añadió que "lo que hay que hacer en momentos de dificultades es garantizar el mayor número de puestos de trabajo, singularmente a las mujeres".
Durante su participación en el Foro Nueva Economía, el número dos del PSOE dijo además que los socialistas quieren liderar "una ofensiva" en el Parlamento Europeo para evitar que se apruebe la directiva europea que permitirá ampliar la jornada laboral hasta 60 horas semanales.
PREGUNTA A RAJOY QUÉ INVERSION QUIERE RECORTAR
Blanco criticó también las propuestas económicas lanzadas ayer por el presidente del PP, Mariano Rajoy, que apostó por rebajar impuestos y reducir la inversión pública. El dirigente socialista le emplazó a precisar si pretende reducir la inversión en infraestructuras y en I+D, o el gasto social "y con ello congelar las pensiones más bajas". "Es muy fácil criticar", prosiguió Blanco, pero "muy difícil mantener propuestas de reducir los ingresos y la inversión pública sin decir la verdad a la gente".
Así, insistió en que el PSOE "no está de acuerdo con esas recetas" sino que trabajará por ayudar a los sectores que tienen más dificultades, como los pensionistas con pensiones más bajas, los que cobran el salario mínimo o los que tienen dificultades para pagar la hipoteca.
"El Gobierno no va a recortar el gasto social ni la inversión pública que es el motor del desarrollo del país junto con la innovación y la investigación y eso es una diferencia sustancial con las recetas que anuncia la oposición", remachó.
ADMITE QUE SON TIEMPOS DIFICILES
Blanco admitió que "los tiempos son difíciles" y el PSOE no pretende "negarlo", sino afrontar las dificultades, "generar confianza" e "intentar que estos tiempos difíciles duren lo menos posible". Mantener el gasto social y la inversión en infraestructuras y en I+D, aseguró, serán "los dos pilares que han de preparar al país para cuando vuelva una situación de crecimiento económico".
Al igual que han hecho otros miembros del PSOE y el Gobierno en los últimos días, Blanco evitó la palabra crisis para referirse a la situación económica argumentando que no hay "nada más más estéril que reducir el debate a una contienda semántica sobre el nombre de la cosa".
"Si crisis es, como la define María Moliner, el momento en que se produce un cambio muy marcado en algo, no me cuesta ningún trabajo admitir que se ha producido un cambio muy marcado en la tendencia de la economía mundial y también de la española", admitió el dirigente socialista, y advirtió de que "si se pretende usar esa o cualquier otra palabra como arma arrojadiza o como instrumento para asustar" le parece "poco responsable".
Blanco apuntó que todos los expertos coinciden en dos cosas, en "que las dificultades serán muy intensas" pero también en que serán transitorias. Aunque es difícil predecir su duración, durarán al menos "todo este año y el próximo".
En todo caso, insistió en que la economía española está prepara para hacer frente a las dificultades, que el Gobierno tomará medidas para proteger a los "grupos más vulnerables", para "reactivar cuanto antes la economía y la creación de empleo" y para preparar el próximo ciclo expansivo.
En este sentido, hizo hincapié en que el Gobierno está tomando medidas desde el primer día y por ello opinó que "pocas cosas hay tan injustas" como el que se acude al Gobierno de pasividad". "No parece que el principal rasgo de José Luis Rodríguez Zapatero como gobernante sea precisamente la pasividad o la falta de iniciativa. En la Legislatura anterior, incluso algunos le reprocharon lo contrario", recordó.
EL PP, EN DEBATES "PALACIEGOS"
Además, subrayó que en las últimas dos semanas Zapatero ha lanzado el diálogo social –que tendrá la última palabra en las reformas del mercado de trabajo–, ha anunciado medidas económicas y ha expuesto sus propuestas en política exterior, mientras la oposición estaba "en un debate palaciego y centrado en cuestiones que los españoles han dejado atrás hace tiempo".
"Entre Zapatero y Rajoy si uno de los dos tiene la pasividad como seña de identidad de su estilo político, no es precisamente el Presidente del Gobierno", remachó.
El Ejecutivo, recalcó Blanco, se propone avanzar hacia un nuevo modelo productivo con menos dependencia energética, más ligado a la tecnología y más compatible con el desarrollo sostenible. En su opinión, el Gobierno "podrá errar, como todos, en alguna decisión", pero no se le podrá acusar de carecer de "objetivos claros".
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